Trascendió que los homicidas estarían relacionados con robo a casa habitación y a autobuses de pasajeros Víctor HERNÁNDEZ Deudos de Jorge Jiménez Hernández, quien fue ultimado en su domicilio el pasado 7 de febrero del año en curso, exigen justicia y que la Procuraduría General de Justicia agilice las pesquisas en torno al caso, pues hasta el momento, están empantanadas y no les han dado resultados. El ahora occiso, quien contaba con 42 años de edad, fue asesinado a balazos por sujetos que ingresaron a su domicilio, en la población de Agua Fría, en la Sierra Norte del estado, y que además de matarlo a él, también hirieron a su hijo, menor de edad. Al consultarle a la autoridad ministerial en Villa Lázaro Cárdenas sobre los avances que tiene la investigación, sólo se dijo que no se podían proporcionar datos porque se podían entorpecer las pesquisas, respuesta similar a la que proporcionó la Policía Ministerial. Sin embargo, trascendió que a la fecha, no hay datos sobre la identidad de los homicidas, aunque se presume que se trata de sujetos que estarían relacionados con más averiguaciones previas de la región, interpuestas por robo a casa habitación y a autobuses de pasajeros. El 7 de febrero, el representante social acudió a la calle Francisco I. Madero número 9, frente a la clínica San Judas Tadeo, en el municipio de Venustiano Carranza, para efectuar las diligencias del levantamiento de cadáver. El ahora occiso estaba en el asiento trasero de una camioneta Ford Ranger con placas SJ 845-51 del estado de Puebla, en la que sus familiares lo llevaron a dicha clínica, aunque en el trayecto falleció a consecuencia de un disparo de arma de fuego en la cabeza. Los responsables fueron cuatro sujetos que llevaban el rostro cubierto con pasamontañas, y que ingresaron a su domicilio en calle Principal sin número, de la población de Benito Juárez, perteneciente a Francisco Z. Mena, según declaró la hoy viuda, Primitiva Morales Hernández. El día de los hechos, Jorge, la declarante y su hijo Gerardo Jiménez Morales, de 11 años, estaban cenando, cuando alrededor de las 20 horas, ingresaron los asaltantes y sorprendieron a la víctima en la sala, luego de que se levantara a contestar una llamada telefónica. Dos de los sujetos amagaron a Primitiva para que no gritara, luego sacaron a la parte trasera del inmueble a padre e hijo, y les dispararon, para luego salir a pie del lugar, llevándose consigo 50 mil pesos en efectivo, que habían obtenido de la venta de naranja. En aquella ocasión, la declarante aseguró que los delincuentes no eran oriundos del lugar, pues los escuchó hablar y su acento no era propio de la región, y aunque se presume que son de Veracruz, hasta el momento, este crimen no ha sido esclarecido por las autoridades.