Exigen deudos velocidad al MP

Denuncian irregularidades en deceso de un hombre de 71 años, ocurrido en 2015, que no han sido investigadas por el ministerio público

Familiares de un hombre de 71 años de edad, quien murió en julio de 2015 cuando estaba acompañado de su esposa de 18 años -en aquel entonces-, en su domicilio en Atencingo, Chietla, hacen un llamado al fiscal general del estado, Víctor Antonio Carrancá Bourget, para que ordene a la ministerio público de Izúcar de Matamoros, Elyde Salomé Pérez Nolasco, dejar de hacer caso omiso a la solicitud de justicia que hace la hija del hoy occiso.

Le piden además que trabaje en el caso con las pruebas que la agraviada ha reunido con recursos propios, pues las autoridades poco han hecho para esclarecer el homicidio.

Consta en la carpeta de investigación 1088/2016 de Izúcar que el deceso ocurrió el 12 de julio del 2015 en un domicilio de la colonia Gustavo Díaz Ordaz. El hoy occiso respondía al nombre de Ernesto Hernández Chávez, alías La Changa.

En enero de 2015 el septuagenario contrajo nupcias con María Susana Díaz Martínez, de 18 años, a quien Norma Hernández Camarillo, hija del primer matrimonio del occiso, señala como una de las principales sospechosas de la muerte.

Desde el deceso de Ernesto María Susana desapareció, no acudió al entierro ni al velorio, pero reclama la pensión por viudez al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de entre 40 y 50 mil pesos mensuales.

Por ello los deudos de Ernesto exigen que se investigue cuanto antes la muerte de su ser querido. Aseguran que han reunido elementos que apuntan a que se trató de un homicidio, pero la ministerio público Elyde Salomé Pérez Nolasco ha hecho caso omiso, pese a que acuden a preguntar por los avances de la investigación al menos tres veces por semana.

En entrevista, Norma Hernández comentó que la entonces esposa de su padre y su hermano, Waldo Hernández Camarillo, consiguieron un certificado médico expedido por un médico del pueblo, de nombre Gamaliel S, quien no era el de cabecera.

Sin embargo, expidió un certificado de defunción donde se asentaron como causas de muerte shock hipovolémico e infarto. Asimismo, María Susana y Waldo no dieron parte del deceso a las autoridades ministeriales y ordenaron embalsamar el cadáver.

Fue hasta el 13 de julio cuando las hijas de Norma Hernández, nietas del finado - quienes no radican en Atencingo- acudieron al Ministerio Público de Izúcar de Matamoros para exigir que se investigara el deceso. Así autoridades efectuaron el levantamiento de cadáver, que ya había sido manipulado por el médico Gamaliel.

La necropsia practicada por los peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE), arrojó datos que no coinciden con las causas de muerte señaladas por el médico.

La parte denunciante ha reunido elementos que apuntan a que se trata de un homicidio, y ante la inacción de la ministerio público se interpuso el amparo 492/2016 en el Juzgado Quinto en Materia Penal.

El juez ordenó que se hagan las investigaciones correspondientes por el probable homicidio, pero la ministerio público da largas al asunto.

 

El matrimonio

Ernesto Hernández, a sus 71 años, se casó el 3 de enero del 2015 con María Susana Díaz Martínez, de entonces 18. Según explicó Ernesto a sus hijos -de su primer matrimonio-, lo hacía por un convenio entre él y la chica.

Ella se comprometía a cuidarlo mientras él se hacía cargo de sus gastos y la afiliaba al IMSS, ya que María Susana le dijo que padecía cáncer y necesitaba el tratamiento, lo que los hijos no han podido corroborar.

Sin embargo, Ernesto no estaba contento, contó semanas antes de morir a su hija Norma, pues María Susana no cumplía con su parte del trato.

Por esto pidió a su hija que acercara a su nieta abogada para que lo divorciara, pero esto no pudo concretarse.

Ahora María Susana tramita la pensión ante el IMSS, donde argumenta que llevaba cinco años viviendo en unión libre con Ernesto, es decir, desde los 13 años.

Ante todas estas irregularidades la parte denunciante exige que se investigue, que se llegue hasta las últimas consecuencias y que con pruebas científicas se demuestre si su padre fue víctima de homicidio o murió por causas naturales.

Norma Hernández aclaró: "No hay herencia, la casa era de mi madre Gloria Camarillo y ella ya me la había heredado desde antes de su muerte. No hay dinero que pelear, sólo se trata de pedir justicia para mi padre".

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