Matan a hombre en local de molotes
Dentro del negocio, con más de 20 años de antigüedad, no se reportaron faltantes, por lo cual se duda de un robo
Intensa movilización policiaca se registró la mañana de ayer en el Centro Histórico, luego de que una mujer saliera gritando de un local de venta de comida pidiendo ayuda porque su patrón estaba muerto. Más tarde se confirmó que a la víctima le infirieron al menos dos cuchilladas. La mecánica de los hechos se desconoce. Una primera versión sugería que se trató de un asalto al que el ahora occiso habría opuesto resistencia; sin embargo, no se descarta que algún individuo bajo el efecto de estupefacientes lo haya atacado. Y es que dentro del establecimiento todo estaba en orden, ni siquiera había indicios de una pelea o forcejeo, no se reportaron faltantes y al parecer el hoy finado conservaba sus pertenencias. Fotos: Víctor HernándezNo obstante, se llevan a cabo las investigaciones pertinentes para esclarecer los hechos, que se registraron en la 6 Poniente número 322, donde se encuentra un local en que desde hace más de 20 años se venden molotes, gorditas y otros antojitos; el establecimiento no tiene razón social. Una trabajadora del negocio, cuyo nombre se reserva El Popular, diario imparcial de Puebla, llegó alrededor de las 8:10 horas y al entrar encontró el cuerpo de su patrón en el piso, junto a las escaleras que están al fondo. Se trató de Mario Armando García Garrido, de 42 años de edad. Tenía la ropa ensangrentada, por ello su empleada salió alarmada, pidió ayuda de sus vecinos y dio aviso al 911. Más tarde arribaron paramédicos del Sistema de Urgencias Médicas Avanzadas (SUMA) que confirmaron la muerte de García Garrido y precisaron que presentaba dos heridas de arma punzocortante, una en el cuello y otra en el tórax, a la altura de las costillas. Foto: Víctor HernándezUn primo del occiso, quien pidió permanecer anónimo, dijo que García Garrido salió de su domicilio, en inmediaciones de Ciudad Judicial, a bordo de un Chevrolet Spark gris, de su propiedad. Según otros comerciantes de la zona, como cada mañana, el miércoles arribó a las 8 horas para preparar todo en su negocio y poco después comenzar a vender comida. Los comerciantes de la zona aseguran que sí se han registrado asaltos, pero en particular a transeúntes, no a los comerciantes, que se conocen unos a otros y tienen algunos protocolos de seguridad entre ellos. El ahora occiso tenía al menos 20 años trabajando en el negocio familiar, no era una persona de problemas y tampoco tenía enemigos según sus familiares. |