Plomean a voceador en Torija

El herido vendía periódicos en la comunidad cuando un sujeto, de quien se tiene identificado su domicilio, se le acercó y le disparó

Plomean a voceador en Torija
Víctor HERNÁNDEZ | Le negaron la atención en un hospital de la zona de Valsequillo Plomean a voceador en Torija

Por segunda ocasión en menos de 24 horas, la violencia se desató en San Baltazar Torija, localidad del municipio de Cuauhtinchán, luego de que la mañana de ayer el voceador de un periódico local fuera baleado por uno de los vecinos, que si bien está ubicado por su domicilio no ha sido detenido.

Las investigaciones ya se llevan a cabo por parte de la Policía Ministerial, pues la Fiscalía General del Estado (FGE) ha iniciado la carpeta correspondiente por el delito de lesiones dolosas, aunque no se descarta que pudiera ser modificada por el de homicidio en grado de tentativa.

Los hechos ocurrieron cuando el lesionado y su hijo recorrían las calles de San Baltazar Torija para vender ejemplares, tomando como noticia principal el homicidio de un empleado del corralón de la Procuraduría General de la República (PGR) que se encuentra en la zona, hecho ocurrido el miércoles por la tarde.

Policías estatales y paramédicos del Sistema de Urgencias Médicas Avanzadas (SUMA) interceptaron un vehículo particular la mañana del jueves, en la 11 Sur y el Periférico Ecológico, para atender a una persona que presentaba lesiones de proyectil de arma de fuego, tras hechos ocurridos en Cuauhtinchán.

El lesionado, voceador de un periódico local, fue baleado en aquella demarcación por un vecino que sin mediar palabras salió de su casa y le disparó al agraviado (se presume que sería un primo del occiso que era nota), por ello su hijo lo subió de inmediato a su coche para llevarlo a un hospital.

Las autoridades lo atendieron a bordo de un Nissan Platina de color arena, el cual era conducido por Samuel D, quien refirió que a su padre, Alejandro D, le dispararon cuando vendía periódicos en la localidad de San Baltazar Torija.

Según Samuel, lo llevó primero a un hospital ubicado en la zona de Valsequillo, pero se negaron a atenderlo y fue entonces que decidió llevarlo al General del Sur, pero debido a que varias personas se percataron de que el vehículo presentaba impactos de bala en la carrocería de la cajuela, dieron parte a los números de emergencia.

Alejandro fue estabilizado y llevado a un hospital, donde se le reporta estable.

El antecedente de los Orea

El ataque del jueves ocurrió cuando el lesionado vendía el periódico, anunciando el homicidio de Alejandro García Orea, empleado del corralón de la PGR en San Baltazar Torija, hecho ocurrido la tarde del miércoles a unos metros de las instalaciones de la dependencia federal, donde hay vehículos y combustible decomisados. Este tipo de crímenes contra la familia Orea no es el primero.

El dos de noviembre de 2014, por la noche, se reportó que el propietario de un corralón que prestaba servicio a la Dirección de Vialidad del estado fue acribillado afuera de su domicilio, ubicado en el kilómetro 14.5 de la carretera a Valsequillo, a la altura de Santo Tomás Chautla; su hijo, un adolescente de 15 años, resultó lesionado.

Los hechos se reportaron alrededor de las 20:30 horas, cuando sujetos que viajaban a bordo de una camioneta gris, interceptaron al occiso y al menor cuando salían del inmueble, a bordo de un VW Lupo gris, con placas de circulación TUH 52-34 del estado de Puebla.

Los sicarios abrieron fuego en su contra, al parecer con armas de grueso calibre, y después se dieron a la fuga con rumbo hacia San Francisco Totimehuacán, según reportaron algunos vecinos de la zona.

Por lo anterior, paramédicos de SUMA, policías municipales, estatales y ministeriales, procedieron a acordonar de inmediato para que el fiscal de Homicidios se hiciera cargo de las diligencias.

En la ambulancia 026 de SUMA, el menor de 15 años fue trasladado a un hospital, pero junto al vehículo Volkswagen quedó el cuerpo de su padre, Marcos Orea Carranza, quien presentaba impactos de bala en el hombro izquierdo, el tórax y en la cabeza.

Se sabe que el ahora occiso fue víctima de un secuestro un par de semanas antes, por el cual sus familiares pagaron un rescate de 300 mil pesos, además de que había recibido amenazas.

Fuentes cercanas a la Policía Ministerial informaron que Orea Carranza tenía problemas con una persona que le hizo un préstamo por seis millones de pesos, que se dedicaba a la compra-venta de vehículos, a la renta de maquinaria, a la venta de refacciones de dudosa procedencia, además de que en el corralón la policía detectó al menos 15 vehículos con reporte de robo.

Además, la víctima protagonizó un enfrentamiento con elementos de dicha corporación en febrero de 2014 en la carretera federal Puebla-Atlixco, y en 2010 sus propiedades fueron cateadas por personal de la entonces Procuraduría General de Justicia (PGJ).

Familia se deslinda

Miembros de la familia Orea se desmarcaron de los actos ilegales que algunos de sus parientes de tercera generación realizan. Señalaron que algunos jóvenes se dedican a vender huachicol, incluso drogas. Aseguraron que se escudan ostentándose como parte de la Procuraduría General de la República (PGR), aunque sólo prestan el servicio de corralón.

Ante esto solicitaron, igual que habitantes de Torija, que las autoridades investiguen y detengan a quienes estén vinculados en actos delictivos y deslinden a los miembros de la familia que viven apegados a las leyes.

Dejaron en claro que los miembros de mayor edad no tienen ningún vínculo con actos delictivos. Alejandro N, de 24 años, fue asesinado la madrugada del miércoles en un corralón ubicado en el kilómetro 14.5 de la carretera a Valsequillo, en un presunto ajuste de cuentas.

En Torija las personas se quejan porque dichos jóvenes (Marcos, Roberto y Alejandro, el ahora occiso) comercializan huachicol y crean desmanes sin que la policía pueda intervenir porque portan armas de grueso calibre de uso exclusivo del Ejército.