A través de redes sociales, la activista Frida Guerrera Villalvazo difundió el pasado miércoles una carta que Alejandra, la madre de la menores Mitzy y Yatziri, le hizo llegar con la encomienda de que sea entregada al gobernador del estado, Luis Miguel Barbosa.

Yatziri se encuentra muy grave, internada en el hospital de La Margarita, tras ser víctima de terribles abusos físicos en los últimos meses. Su hermana menor. Mitzi, murió en circunstancias que ya investiga la Fiscalía General del Estado (FGE).

Debido a los hechos, la FGE detuvo al padre y a la madre de Yatziri, después también fue detenida la madrastra de las niñas. Los tres ahora enfrentan el proceso correspondiente.

Algunas personas que se identificaron como vecinos de Alejandra, aseguran que las niñas estaban al cuidado del padre y la madrastra, por lo que Alejandra no pudo ser la causante de las lesiones de las menores.

En la carta, Alejandra afirma que ella no agredió a las pequeñas, pues con engaños el padre de las niñas se las había arrebatado y llevaba meses sin verlas. En el texto explica con detalles cuál fue el proceso de ruptura con el padre de las pequeñas.

Explica como en un primer momento su expareja le arrebató a Yatziri y posteriormente a Mitzi. Quince días después de quedarse con Mitzi, le informaron que la pequeña había muerto en circunstancias que ni siquiera le dieron a conocer. Semanas después, le avisaron que Yatziri estaba en el hospital de la Margarita, muy grave. Poco después la detuvieron a ella, a su exesposo y a la madrastra de la menor.

La madre pide que la dejen ver a Yatziri, pues teme que la niña pierda la vida y no pueda despedirse de ella, como le pasó con Mitzi.

 “Buenas tardes señor gobernador soy Alejandra, la mamá de Yatziri. Le pido por favor me permita estar con mi hija en estos momentos, necesito darle ánimos que sienta que no está sola que estoy para ella. Que sepa que la amo y que no voy a dejarla sola, yo no sabía por todo lo que había pasado y toda la culpa me la están dando a mí. No quiero perderla como a su hermana, por favor le pido de la manera más atenta me permita estar al lado de ella, solo unos momentos, estoy dispuesta a todas las pruebas que ustedes quieran hacerme para que sepan que no sabía lo que pasaba que creí en su padre, porque así como yo pensé que en verdad amaba a mis hijas. (…)

Hoy estoy aquí, dentro de un penal, esperando que alguien crea en mí. No sabía lo que pasaba con mi niña, tuve miedo de sus constantes amenazas de Mónica y Rafael, no soy víctima, pero tampoco una hiena, quiero justicia para mis dos hijas y la buscaré aún aquí encerrada. Pueden juzgarme todos, no me importa, mis niñas fueron lastimadas por alguien que planeó todo esto, para y por qué, no lo sé. Hoy solo quiero estar cerca de mi Yaz, de mi niña, tal vez sea un último momento que no tuve con Mitzi porque no me dejaron.

Si ustedes dicen que soy culpable por tonta, por creída, por confiar en quien se supone las amaba como yo, su padre, y en una mujer llena de coraje, lo soy, es mi culpa, pero jamás seré culpable de haber lastimado a mis niñas.”