Así se pudo evitar tragedia de Xochimehuacan; pero no existe ningún plan

Es indispensable el contar con protocolos y Atlas de Riesgos para prevenir tragedias como Xochimehuacan

Puebla se ha posicionado como un destino en robo de combustible para distintos grupos criminales. El 31 de octubre se registró otra tragedia protagonizada por el huachicol, la destrucción de una colonia entera en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan.

El siniestro dejó como saldo la muerte de una persona, al menos 17 heridos y 54 casas dañadas. Este incidente se suma a los acontecidos en San Martín Texmelucan, Acajete, Acatzingo, Puebla capital, entre otros.

No obstante, ni los gobiernos municipales ni el estatal han trabajado en la valoración y detección de riesgos, así como el peligros a los que están expuestos los pobladores donde se encuentran los ductos Pemex.


Sitio de la explosión de la madrugada del 31 de Octubre - Es imagen

Juan José Hernández, director del Observatorio Ciudadano del IGAVIM, considera comoindispensable el contar con protocolos y Atlas de Riesgos para prevenir tragedias como Xochimehuacan.

Además, las autoridades encargadas del desarrollo urbano deben evitar asentamientos humanos que representan un peligro para sus habitantes —por ejemplo, si en tal zona cruza un ducto de combustible—, y las autoridades encargadas de la seguridad sabrían en qué zonas incrementar la vigilancia.


Escombros y casas dañadas -  Es Imagen

El director del IGAVIM subraya que en esas regiones es necesario contar con un Atlas de Riesgos —instrumento que sirve para evaluar los peligros que pueden afectar a la población y a la infraestructura de un determinado lugar— bien elaborado y actualizado.

Puebla tiene un profundo problema con el cumplimiento de sus Atlas de Riesgo, pues de los 217 municipios sólo 38 cuentan con este instrumento. Es decir, apenas el 17.51 por ciento, de acuerdo con el reporte “¿Cómo vamos con los Atlas de Riesgos en México?”, del IGAVIM.

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Entre los municipios que no cuentan con un Atlas de Riesgos se encuentra Tepeaca, el municipio con la mayor cantidad de tomas clandestinas por robo de gas LP en México. 

De los 10 municipios en el país que tienen la mayor incidencia de este delito siete son parte de la entidad poblana; de estos sólo dos, San Martín Texmelucan y Acajete, tienen dicho instrumento.

Los otros municipios poblanos que tienen un remarcado problema con esas tomas clandestinas y que no tienen Atlas de Riesgos son Acatzingo, San Matías Tlalancaleca, Amozoc, San Salvador El Verde y Palmar de Bravo.

Puebla capital, municipio en donde ocurrió la reciente tragedia, sí cuenta con un Atlas de Riesgos, pero está desactualizado, ya que tiene casi 10 años de antigüedad, cuando lo recomendable es que este instrumento se actualice cada 3 años. San Martín Texmelucan es el único municipio de la entidad que aún cumple con esa vigencia.


Propiedades y bienes materiales dañados por la explosión - Es imagen

La prevención y contención del robo de combustibles y de sus consecuencias sociales sólo se logrará cuando se atienda el delito de manera integral, explica Juan José Hernández, es decir, enfocando acciones en puntos estratégicos y fundamentales.

Entre estas acciones se encuentran fortalecer el tejido social, identificando y atendiendo las necesidades socioeconómicas de la población, para evitar que más personas contribuyan en este delito; recuperar la confianza de los habitantes y trabajar en estrategias para que el porcentaje de denuncia aumente (en Puebla menos del uno por ciento de las tomas clandestinas por gas LP son denunciadas).

Asimismo, se requiere de un correcto seguimiento en el monitoreo de los ductos perforados y en la solución de este inconveniente. Para ello, dice el director, es fundamental la coordinación entre las autoridades de los órdenes federal, estatal y municipal (Guardia Nacional, SEDENA, Pemex, Gobierno estatal, municipal, etc); lo cual es un gran pendiente que queda exhibido en el constante incremento del delito.

Hasta ahora no hay un avance significativo en las acciones para contener este delito, expone Hernández López, pues, aunque hay un trabajo constante por parte de las autoridades, tras promover un periodo la percepción de seguridad, se reducen los esfuerzos y el asunto se dirige a un segundo plano.

Por ejemplo, cuando sucede una explosión, el gobernador y alcaldes expresan su deseo por hacer justicia y por solucionar el problema de fondo; sin embargo, luego de un tiempo, esos deseos quedan relegados, aunque el riesgo de otras tragedias con esas características esté latente.  

Toma aérea de la zona dañada por la explosión de la toma clandestina de gas - Es Imagen

El robo de gas LP es especialmente peligroso para las comunidades cercanas a los ductos, ya que este material es más inflamable que otros hidrocarburos y su extracción requiere de más procesos, más conocimientos técnicos y más herramientas, con los cuales la delincuencia organizada no cuenta. 

Durante el primer semestre de 2021, Puebla se posicionó como el estado con la mayor cantidad de tomas clandestinas por robo de gas LP en el país, con 846 casos. En cuanto al robo de hidrocarburos se colocó en el segundo lugar nacional, con mil 81 tomas clandestinas.

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