Ante el anunció del incremento en el número de casos de personas contagiadas por la variante Ómicron en nuestro país, especialistas consultados indicaron que los más de 20 casos sólo forman una pequeña punta del iceberg de la verdadera situación, además adelantaron que es imposible frenar una cuarta ola.

El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell informó que hasta el 20 de diciembre pasado se habían detectado 23 casos de esta variante en el país, las cuales se encuentran en tres entidades, Ciudad de México (16), Edomex (seis) y en Tamaulipas (uno). También detalló que en Sinaloa se investigaba una posible muestra positiva así como tres más en la capital.

Samuel Ponce de León, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud de la UNAM, indicó que los números presentados por las autoridades en salud son un reflejo distante de la realidad.

De acuerdo con la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), la mayoría de las pruebas PCR y de antígenos son capaces de detectar la variante Ómicron de COVID-19, aunque las autoridades estadounidenses advierten que hay algunas, muy pocas, que no lo hacen.

Además, señalaron que a pesar de que se puede detectar, los médicos y personas no podrán identificar si fueron infectados por esta variante o por otra, como la Delta.

Estudios y expertos han señalado que sí hay algunas diferencias entre los síntomas de las variantes de COVID-19, pero no hay certeza de que existan distinciones significativas entre ellas. Un ejemplo de esto son los datos que dio a conocer Discovery, una aseguradora privada de Sudáfrica, que indican que los sudafricanos que contrajeron la variante Ómicron desarrollan casi siempre dolor de cabeza y comezón en la garganta, así como congestión nasal, tos seca y dolor muscular, pero especialmente dolor en la espalda baja.

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Según los expertos, la única y posible diferencia que puede haber entre la variante Ómicron y otras es que podría ser mucho menos probable la pérdida del gusto y el olfato. Y sí, los estudios más recientes señalan que al menos un 48 y 41 % de los pacientes con la cepa original reportaron la falta de alguno de estos dos sentidos; mientras que un análisis de un pequeño brote de Ómicron entre personas vacunas de Países Bajos demostró que solo el 23 % de los pacientes reportaron perdida del gusto y un 12 % del olfato.

Cabe mencionar que no está claro si estas diferencias se deben a esta variante o a otro factor, como el estado de vacunación contra COVID-19.

Y es que, según los científicos, muchos síntomas de COVID-19 varían también por la vacunación de las personas. Al respecto, Maya N. Clark-Cutaia, profesora asistente del Colegio de Enfermería de la Universidad de Nueva York, comentó que los pacientes vacunados que contraen la Delta o el coronavirus original suelen presentar dolor de cabeza, congestión, presión sinusal y dolor en los senos nasales, mientras que los pacientes no vacunados tienen más posibilidades de presentar tos, dificultad para respirar y síntomas parecidos a los de la gripe.

Mientras tanto, con respecto a los que contraen la variante Ómicron, dijo que los pacientes con los que ha hablado, le han comentado que presentan síntomas parecidos a los de la variante Delta. Por ejemplo, los que están contagiados, pero también vacunados, se quejan de dolor de cabeza, fiebre y dolores corporales, “como con un resfriado muy terrible”. A la vez que las personas no vacunadas presentan la misma dificultad para respirar, tos y síntomas parecidos a los de la gripe que ella ha visto en personas no vacunadas que contraen la Delta y el coronavirus original.

COVID-19, buena noticia. Por lo que vemos en Sudáfrica lo que sube rápido baja rápido y pareciera que el pico ómicron tiene una duración total de 2 meses. Un mes de subir rápido y 1 mes a rapel para bajar. Significaría que la pandemia podría acelerar su final en algunos países. pic.twitter.com/eVfoY1ZsSS

— Alejandro Macias (@doctormacias) December 23, 2021

Waleed Javaid, director de prevención y control de infecciones en Mount Sinai Downtown, en la ciudad de Nueva York, señala que las personas que se contagian con la variante Ómicron presentan síntomas, se vuelven contagiosos y dan positivo en poco tiempo, en más o menos tres días; a comparación con otras como la Delta, con la que ocurre lo mismo, pero dentro de cuatro a seis días.

Finalmente, según los últimos datos de Sudáfrica, el riesgo de hospitalización para adultos diagnosticados con la nueva variante era de 29% más bajo. Eso sí, las observaciones en este país podrían no ser aplicables a Estados Unidos y otros países.

“Hay personas que contraen enfermedad severa con la Ómicron”, agregó Javaid y explicó que algunas veces, los síntomas leves tempranos pueden convertirse en síntomas graves más tarde, por lo que es importante que las personas con síntomas parecidos a los de la gripe o el resfriado se hagan la prueba y se aíslen.

Con información de The New York Times