Más de mil espectaculares de la capital poblana son irregulares

Los anuncios espectaculares son clausurados cuando no tienen licencia vigente al momento de la inspección.

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Más de la mitad de los espectaculares que existen en la capital poblana son irregulares, es decir, no cuentan con los permisos necesarios o no han pagado sus permisos correspondientes para mantenerse a la vista de la ciudadanía. 

Los anuncios espectaculares son clausurados cuando no tienen licencia vigente al momento de la inspección, falta de refrendo de licencia, falta de placa de identificación, uso indebido de la licencia, falta de seguro de responsabilidad civil vigente, falta de bitácora de mantenimiento o falta de medidas de seguridad.

En este sentido, el titular de Gestión y Desarrollo, Urbano Michel Chaín, informó que aproximadamente la mitad de los 2 mil espectaculares que hay en Puebla capital son irregulares, por lo que dará un plazo de 30 días para que más de mil espectaculares irregulares se pongan en regla.

Después de este tiempo, las empresas que no hayan cumplido, serán acreedoras a sanciones que  oscilaran entre los 30 a mil 500 días de salarios mínimos (UMA), equivalentes a los dos mil 889 pesos a 144 mil 330 pesos.

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Indicó que las autoridades están hablando  con el 10 ó 15 por ciento de los propietarios y empresa que están registrados para invitarlos a que se regularicen, en el plazo que indicó el ayuntamiento.

El funcionario explicó que existen  dos tipos de anuncios o espectaculares: los publicitarios y los denominativos.

Los primeros son los que se rentan para campañas políticas o de gobierno y los segundos, son de negocios ubicados en la vía pública.

Además, los espectaculares también son considerados como contaminación visual, pues son considerados los agentes contaminantes más agresivos, debido a que, por un lado, sobreestimulan al ser humano con la exposición indiscriminada de información, creándole un ambiente caótico y excitante que le produce ansiedad momentánea; por el otro, afectan el espacio físico, ocultando las fachadas de los edificios con la superposición de carteles que terminan desvalorizando la arquitectura.