Ana Patricia Osuna Ramírez murió a los 40 años de edad practicamente de depresión, la tristeza consumió su cuerpo y las enfermedades la fueron mermando, el detonante fue el repentino encarcelamiento de su esposo, Alfonso Siriako Guillén Almaguer, quien era magistrado del Tribunal de Justicia Administrativa (TJA).

El 15 de mayo de 2021 el gobierno del entonces gobernador Miguel Barbosa lo acusó de los delitos de abuso de autoridad, incumplimiento de un deber legal, fraude, asociación delictuosa y tráfico de influencias, y lo mandó a la cárcel de San Miguel.

Durante casi dos años Ana Patricia Osuna luchó contra enfermedades silenciosas, pero sobre todo contra el desgaste de tener a su marido en la cárcel, batalló hasta que su luz se apagó el pasado 4 de abril, apenas unos días después de cumplir 40 años.

La joven mujer cayó en el hospital desde el 16 de febrero y nuca más logró salir, al final fueron dos paros cardíacos los que fulminaron su vida debido a que su cuerpo mermó al paso de los meses.

De acuerdo con sus amigos cercanos, la prioridad en la vida de Paty era la excarcelación de su esposo, se empeñó en estudiar leyes, conocer de amparos, prepararse intelectualmente y encontrar soluciones para ayudar a la liberación de su cónyuge; así como donarse en vida yendo a visitarlo y llevándole cosas al penal de San Miguel.

Debido a estas circunstancias de vida, Paty no tuvo tiempo de ver por ella y fue por este motivo que no se dio cuenta de que estaba viviendo con un padecimiento poco común: Enfermedad de Crohn, que es un tipo de inflamación del intestino que puede llegar a causar la muerte.

Durante dos meses la familia y amistades de Paty buscaron donadores de sangre y también recursos económicos, pues permaneció internada en un hospital privado durante casi dos meses hasta morir, sin poder despedirse de Alfonso Siriako.

El velorio de Osuna Ramírez tuvo lugar en Valle de los Ángeles, Alfonso logró un permiso para salir de la cárcel custodiado por agentes de seguridad. Al llegar al funeral permitieron verla sin vida, pero sólo durante un instante para posteriormente retirarse de vuelta a la cárcel.

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La causa de la detención fue un supuesto convenio ilegal

La carrera política de Alfonso Siriako Guillén está ligada al exgobernador Antonio Gali Fayad, quien lo tuvo cerca desde que fue Secretario de Infraestructura y fue precisamente en ese cargo cuando se involucró en el tema que lo tiene en la cárcel.

Siriako llegó al penal de San Miguel debido a un presunto desvío de recursos por 107 millones de pesos, mientras realizaba su trabajo como funcionario público en la Secretaría de Infraestructura, Movilidad y Transportes en 2017.

Días después de su detención, el entonces gobernador Miguel Barbosa Huerta dijo que el litigio en contra de Alfonso Siriako Guillén Almaguer fue por actos de corrupción.

Durante sus tradicionales conferencias de prensa Barbosa dijo que fue “por tener las uñas largas”, esto en referencia al proceso penal por presuntas irregularidades cuando estuvo en la Secretaría de Infraestructura.

Fuentes consultadas sobre el caso expusieron que la realidad fue una deuda que adquirió el gobierno de Mario Marín por la construcción del Centro Expositor y durante todo el gobierno de Rafael Moreno Valle nunca se logró un acuerdo.

Durante el gobierno de Antonio Gali Fayad, se llegó a un convenio para el pago con cuatro empresas involucradas pero una se inconformó, y después de un proceso legal se obligó al estado, que ya estaba en manos de Miguel Barbosa, a hacer el pago correspondiente.

Fue así que el barbosismo responsabilizó a Alfonso Siriako Guillén Almaguer de un gasto de 107 millones de pesos que no estaba previsto.