Las TIC: tecnologías aliadas de las personas con discapacidad
A pesar que las TIC son herramientas para las personas con discapacidad, por precios o mal desarrollo, terminan lejos del alcance de quienes lo necesitan.
Existe un paralelismo entre el desarrollo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y la mejora en la calidad de vida de las personas con discapacidad. Cuando lo primero ocurre, las posibilidades de que estas personas se integren en la sociedad y se desarrollen personal, educativa y laboralmente aumentan. Un acceso oportuno a las TIC —dispositivos electrónicos inteligentes, plataformas digitales, aplicaciones, herramientas web, software, entre otras— representa para este colectivo un gran paso hacia su inclusión y hacia su autonomía. Para algunas personas con discapacidad estas tecnologías son fundamentales hasta para la convivencia del día a día, asegura Martha Gabriela García Álvarez, activista por los derechos de las personas con discapacidad y directora de la Fundación para la Inclusión y Desarrollo de Personas con Discapacidad (Findedis). “Hay personas que requieren de estas tecnologías para comunicarse, pues este proceso se les dificulta y mediante algunas herramientas pueden llegar a hacerlo. Esto facilita mucho la comunicación de estas personas hacia afuera y viceversa”, señala la activista. En algunos casos, puntualiza, debido a su discapacidad su lenguaje no es fluido y en otros su método de comunicación es poco conocido o utilizado —como en el caso de la Lengua de Señas Mexicana (LSM)—, por lo que el uso de un dispositivo inteligente o de una aplicación se vuelve algo necesario para lograr la interacción. Un ejemplo pueden ser las aplicaciones que ofrecen un acercamiento a elementos básicos de la LSM —lo que permite utilizarlos aunque sea de manera superficial— y que hasta pueden traducirla parcialmente. Uno más pueden ser los lectores de pantalla que le dan a las personas ciegas la opción de enviar o recibir mensajes de texto. Por otro lado, estas tecnologías le permiten a las personas de este colectivo conocer y acercarse a otras personas con su misma discapacidad o con otras diferentes, algo que fomenta el aprendizaje mutuo e incentiva esa unión que se requiere para la exigencia de los derechos que les corresponden. “Hay muchos grupos en redes sociales de personas con discapacidad, y no sólo de una, sino de todas las discapacidades. Entonces, por ejemplo, yo que soy un lesionado medular (cuadriplejia) busco grupos de lesionados medulares y sigo aprendiendo sobre mi condición por las experiencias que comparten. Hay grupos de personas con síndrome de down, en los que sus familiares comparten sus experiencias. Y eso solo por mencionarte algunos”, expone José Juan Juárez Cisneros, director de la asociación civil Huellas Continuas, organización dedicada al apoyo de niños y niñas con discapacidad. Hay tecnologías que incluso son diseñadas para discapacidades con grados de severidad muy altos. Por ejemplo, para personas que por su condición no pueden mover ni una parte de su cuerpo existen lentes con sensores que reconocen los movimientos de sus ojos y que a partir de eso les permiten realizar diversas acciones en un dispositivo. Esto, dice García Álvarez, quien en algún momento de su vida pasó por una situación similar a raíz de su discapacidad motriz (cuadriplejia), puede facilitar su comunicación con el resto de las personas e incluso puede darles la oportunidad de trabajar. Lee también: La procrastinación: un círculo vicioso del que cuesta demasiado salir Las TIC también otorgan la posibilidad de obtener información o de realizar actividades sin la necesidad de salir y encontrarse con lugares poco o nada accesibles. Debido a esto último, a las personas con discapacidad se les abren las posibilidades de incursionar en los ámbitos educativo y laboral, pues en varios casos lo único que les impide desempeñar un trabajo o tomar clases es el complicado desplazamiento hacia un centro laboral o una escuela, explica la activista. “Cuando yo tuve por primera vez una computadora frente a mí me di cuenta de que podía trabajar, investigar, aprender y muchas cosas más. Hace algunos años estas tecnologías de la información me dieron la oportunidad de acceder a un trabajo en una de las oficinas de la embajada de Estados Unidos donde hacía uso de ellas, donde no tenía que salir ni moverme mucho o hacer cosas físicas que no pudiera desempeñar”, cuenta Juárez Cisneros. Estas tecnologías incluso pueden darle a estas personas una mayor libertad para externar situaciones de violencia o de maltrato que sufren por parte de sus familiares o de las personas que les apoyan en su vida diaria —y que de pasar por estos últimos seguramente quedarían censuradas—. “imagínate, sin estas tecnologías, si yo quisiera mandar un mensaje o una carta muy privada no lo podría hacer, o no de la forma que yo quisiera, porque dependería de otra persona. Además, dependería de quien fuera esa persona, qué tal si es un familiar y te quieres quejar porque estás siendo violentado dentro de tu casa. En ese caso no podrías pedir ayuda” Algo similar ocurriría, dice Martha García, si el mensaje tuviera un tono más personal, si, por ejemplo, esas palabras fueran para una pareja sentimental. “A lo mejor es un mensaje personal que le quieres mandar al novio y tampoco lo puedes hacer porque no quieres que se entere esa otra persona. La autonomía que te dan las TIC te da la libertad de poder hacerlo” No todas las personas con discapacidad tienen acceso a las TIC En México el acceso a las TIC para las personas con discapacidad todavía es limitado, hay quienes no tienen acceso ni a las tecnologías que podrían apoyarles de una manera general ni a las que podrían ser un apoyo específico para su discapacidad. Principalmente es por el costo, pero también por la falta de difusión, algo que provoca que ni siquiera se conozcan. “Hay quienes ni siquiera las conocen, pero aunque las conozcan el tema del costo les complica su obtención. Las personas se limitan porque dicen ‘híjole, si eso me va a costar mejor no, gracias’ porque además, en la parte económica, las personas con discapacidad enfrentan una brecha muy grande, y si tampoco hay oportunidades laborales tampoco puedes acceder a comprar cosas de ese estilo”, señala Martha García. En ese sentido, la investigación “El derecho al trabajo de las personas con discapacidad, elemento necesario para su efectiva inclusión social” de la organización Impunidad Cero advierte que en el país sólo el 39.1 por ciento de las personas con discapacidad tienen empleo. Asimismo, la organización menciona que los ingresos de estas personas son 33.5 por ciento menores que los que obtiene el resto de la población. Otro factor que limita el acceso a las TIC para las personas con discapacidad es la poca o nula adaptación para este sector población; algunas veces por desinformación y falta de asesoría, pero otras más por no tener interés en hacer accesibles estas tecnologías para todas las personas usuarias. Esto se presenta mucho en los sitios de internet. En su publicación “Cómo usan la web las personas con discapacidad”, el Consorcio World Wide Web (W3C) —un grupo internacional dedicado a establecer parámetros y directrices con el objetivo de hacer más accesible la navegación en sitios de internet para toda la población— enlista las múltiples barreras que enfrentan personas con diferentes discapacidades al momento de navegar por una página web. Las personas con discapacidades auditivas encuentran limitaciones cuando navegan en páginas con contenidos que incluyen audio pero no subtítulos ni transcripciones, que tienen reproductores multimedia que no brindan opciones para ajustar el tamaño del texto y los colores de los subtítulos o que cuentan con opciones basadas únicamente en el uso la voz. Lo mismo ocurre cuando no se incluye lenguaje de señas para complementar información importante o textos que son difíciles de leer. Para las personas con discapacidades neurológicas, cognitivas o de aprendizaje las dificultades aparecen cuando en los sitios web hay mecanismos de navegación o diseños de página complejos, textos que son difíciles de leer y de entender, pasajes largos de texto sin imágenes, gráficos u otras ilustraciones para resaltar el contexto y contenido en movimiento, parpadeante o con audio de fondo que no se puede apagar. En el caso de las personas con discapacidades físicas las barreras aparecen cuando los sitios, navegadores o herramientas de creación no brindan una compatibilidad total con el teclado, cuando existen límites de tiempo insuficientes para respondero completar documentos como los formularios o cuando los mecanismos de navegación y funciones de página son inconsistentes, impredecibles y demasiado complicados. La navegación web de las personas con discapacidades visuales se complica cuando en las páginas hay imágenes, controles y otros elementos estructurales que no tienen alternativas de texto equivalentes, cuando faltan señales de orientación no visuales, una estructura de página u otras ayudas de navegación, cuando hay contenido de video que no tiene alternativas de texto o audio o cuando no existan texto o imágenes con contraste insuficiente entre las combinaciones de colores de primer plano y de fondo. “Todas las personas con todas las discapacidades deberíamos de tener acceso a la página que deseemos o que queramos utilizar”, manifiesta Juan Juárez. La excusa suele ser el elevado costo que puede representar adaptar una página con las herramientas y requisitos necesarios para que todas las personas con discapacidad puedan acceder de manera óptima; y esta es la excusa hasta de empresas reconocidas y millonarias, apunta Martha García. Pero “también tiene que ver con la programación. De pronto piensan que a lo mejor hay que invertir mucho para adaptarla, pero sí desde la programación pensando en esos usuarios eso te lo puede facilitar mucho”. García Álvarez señala que para ampliar el acceso a las TIC para las personas con discapacidad es necesario aumentar la difusión respecto a estas tecnologías para que sean más conocidas, buscar una reducción en sus costos y apoyar con capital económico y humano proyectos locales que desarrollen este tipo de tecnologías —tareas innegociables para los gobiernos—. Esto último también repercutiría en el segundo punto, pues ya no sería necesario importar las tecnologías, lo que consecuentemente bajaría los precios. |