¿Por qué peregrinan los Guadalupanos?
En México la mayoría de habitantes tienen creencias religiosas católicas y para muchos mexicanos el máximo exponente de su nación es la Virgen del Tepeyac.
Sabemos que estamos en el último mes del año cuando de la nada se pueden observar por todos lados, especialmente en carreteras y autopistas grupos de personas caminando, corriendo, en bicicletas, en sus autos o camiones dirigiéndose con sentido a la capital del país acompañados de la imagen que destaca dentro de estos contingentes, la Virgen de Guadalupe. ¿Sabes a que se deben estos actos? El Popular, periodismo con causa te tiene toda la información. Este tipo de traslado recibe el nombre de Peregrinación, esta palabra proviene del latín "Peregrinatio" que significa viaje al extranjero. Las peregrinaciones en el ámbito religioso surgen desde la época en que Constantino era la máxima autoridad en Roma, es decir alrededor del año 325 cuando al darse el hallazgo de la cruz en que Jesús fue crucificado, la gente se sintió motivada para emprender viajes hacia esas tierras para conocerlas en vivo y a todo color y como principal objetivo, seguir los pasos del salvador. De ahí parte la cultura de hacer peregrinaciones con el fin de agradecer por peticiones concedidas o pedir por una situación específica a un ser divino y en esta ocasión hablaremos de las peregrinaciones Guadalupanas. Como anteriormente mencionanos, es muy normal encontrarnos en la autopista personas que se dirigen hacia La Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México, ¿cuál es la razón? Lee también: Reconocen a periodistas poblanas en el Senado de la República
En México la mayoría de habitantes tienen creencias religiosas católicas y para muchos mexicanos el máximo exponente de su nación es la Virgen del Tepeyac que se manifestó en varias ocasiones, exactamente el 9, 10, 11 y 12 de diciembre de 1531. Según la leyenda la Virgen se apareció a un hombre humilde llamado Juan Diego. Un día Juan Diego iba subiendo a un cerro llamado Tepeyac cuando de pronto escuchó una voz que lo llamaba por su nombre, él se dirigió al lugar donde surgía esa voz, al ver quien era la que le hablaba se quedó impresionado. Era una señora de belleza más allá de lo normal. Esa mujer le dijo "Juanito: el más pequeño de mis hijos, yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive. Deseo vivamente que se me construya aquí un templo, para en él mostrar y prodigar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa a todos los moradores de esta tierra y a todos los que me invoquen y en Mí confíen. Ve donde el Señor Obispo y dile que deseo un templo en este llano. Anda y pon en ello todo tu esfuerzo". Juan Diego inmediatamente hizo lo que la señora le pidió, pero fue en vano porque nadie le creía. Fue así que siguió insistiendo hasta que el Obispo le pidió una prueba. Juan Diego volvió hacia la presencia de la señora y le comentó lo sucedido a lo que ella le indicó tomar una rosas que se encontraban en el monte y se las llevara al Obispo, Juan Diego lo hizo, puso las rosas sobre una manta y se fue apresurado. Al llegar con el Obispo Juan Diego desplegó su manta y fue ahí que al caer las rosas al suelo apareció la imagen que hoy conocemos como La Virgen de Guadalupe y es la misma que se venera en La Basílica dedicada a la misma en la Ciudad de México, es por ello que miles de fieles de todos los estados incluso alrededor del mundo acuden cada 12 de diciembre para conmemorar su aparición y milagro. Fe, tradición, agradecimiento, costumbres y amor son algunos elementos que hace a los peregrinos a prepararse cada año para llevar a cabo esta visita. |