Familia Honorato Sánchez: restaurando a niños Dios

Desde hace aproximadamente 30 años, la familia se dedica a elaborar y restaurar figuras de yeso y resina.

¿Alguna vez, por accidente, rompiste la imagen del Niño Dios de tu mamá o la abuela? Creíste que era el fin del mundo, ¿verdad? Para esos casos existen las personas indicadas y especializadas en reparar toda clase de imágenes religiosas y, dada la temporada, la compostura de Niños Dios está a la orden del día, ya que estamos a nada de celebrar una de las festividades más importantes dentro de la fe católica: la fiesta en honor a la Virgen de la Candelaria.

 

En esta festividad se recuerda que la Virgen María se purificó después de dar a luz al Niño Jesús y llevó candelas (luces o velas) al templo. Por eso, en memoria de aquel acontecimiento es que muchos creyentes católicos llevan a la iglesia sus imágenes del Niño Dios, y en muchas ocasiones previamente acuden a restaurarlas por cualquier anomalía que lleguen a presentar.

 

Durante las pasadas fiestas decembrinas, algunos se rompieron o sufrieron cualquier afectación por su exposición al aire libre o en el interior de las casas. Pueden despintarse, se les caen las pestañas, se rompen de alguna extremidad, o en una situación más crítica se caen y se rompen en su totalidad. Es ahí donde unos artesanos especializados ponen manos a la obra.

 

En esta ocasión el equipo de El Popular, Periodismo con Causa se trasladó a Santiago Acatlán, una localidad situada entre los municipios de Tepeaca y Amozoc, en el estado de Puebla.

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Este lugar es la cuna de los nacimientos navideños con mayor renombre en Puebla, y en esta risueña población fuimos amablemente recibidas. Quienes nos abrieron la puerta de su casa y su taller de imágenes religiosas fueron los integrantes de la familia Honorato Sánchez. Desde hace aproximadamente 30 años, ellos se dedican a elaborar y restaurar figuras de yeso y resina.

 

Los miembros de esta familia elaboran desde cero los nacimientos que colocamos en nuestros hogares en la época navideña. Además moldean imágenes del Niño Dios en todos los tamaños y modelos y son los principales restauradores en esta zona.

 

El encargado actual de este taller, Juan Honorato Sánchez, nos compartió una pequeña parte de la historia de su actividad familiar. Juan nos mencionó que desde que él era muy pequeño recuerda a sus papás llevando a cabo esta labor.

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El matrimonio conformado por José Tomás Honorato Rojas y Rosa Sánchez Olivares trabajó muy duro para sacar adelante a sus hijos.

 

"Ellos nos enseñaron a trabajar y a respetar a los demás," nos comparte Juan al relatarnos su historia, y a la vez agradece a Dios y a sus padres por haber inculcado en él y sus hermanos esta noble y admirable labor.

 

Por otra parte, nos enumera los pasos a seguir para fabricar un Niño Dios desde el principio.

El primer paso consiste en poner el yeso en un molde. Una vez formado se deja secar, se ensamblan y colocan las manos, se trabajan los detalles que debe llevar la figura, y una vez lista, el siguiente paso es poner la primera base de pintura. Nuevamente se deja secar, se le da otra mano de pintura y al final se le dan los últimos retoques, como lo son las pestañas, las cejas y algún accesorio extra necesario en la figura.

 

Respecto a las reparaciones, Juan y su familia reciben imágenes muy deterioradas e incluso quebradas, a las cuales primero se les coloca la parte que haga falta y al otro día se pintan, para después detallarlas y entregarlas a sus propietarios.

 

El trabajo de Juan le ha traído grandes satisfacciones y a la vez problemas, porque su trabajo es tan impecable que deja irreconocibles a los Niños Dios en comparación a cómo llegan a su taller; por ello, en varias ocasiones sus clientes piensan que su figura ha sido reemplazada.

Esta noble actividad también ha padecido dos adversidades. En primer lugar anotamos los estragos que dejó la pandemia, porque a comparación de otros años el número de composturas ha sido bajo. La otra causa del declive del negocio puede atribuirse a la crisis por la que atraviesa la fe católica, que día a día pierde más feligreses por el cambio tan radical en la vida y creencias de la gente.

 

A pesar de esto, Juan Honorato no pierde la fe porque las personas sigan conservando las tradiciones y costumbres enseñadas por sus padres y ancestros.

 

Los precios de una restauración varían, dependiendo de lo que la figura necesite, así como el material del que está hecha y también qué tan afectada se encuentre. La valoración del problema se hace en el momento en que se observa la imagen.

 

Además de ser restauradores también fabrican más imágenes religiosas y han llevado su mercancía a muchos estados y localidades de la república, como Querétaro, Celaya, Irapuato, Guanajuato, Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Zacatecas.

Y por si fuera poco, sus creaciones también han llegado hasta la Unión Americana, porque algunos de sus hermanos se encuentran radicando en Los Ángeles y en consecuencia han llevado con ellos la tradición de los Niños Dios. Actualmente ya elaboran las imágenes en los Estados Unidos a pesar de la dificultad que esto conlleva, ya que los materiales necesarios son adquiridos en Puebla y en algunos sitios de la Ciudad de México.

 

La familia Honorato Sánchez se encuentra en actividad durante todo el año y no sólo en la época decembrina, y ofrecen toda su disposición y experiencia para arreglar y embellecer las figuras deterioradas de los hogares poblanos.

 

Para arribar a su establecimiento debes tomar la carretera federal Puebla- Tehuacán rumbo a Tepeaca, y adelante del autódromo Miguel E. Abed, en Amozoc, se encuentra la entrada principal a Santiago Acatlán. Ahí, preguntando a los vecinos, darás con el taller de la familia Honorato Sánchez.

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