La procesión de Los Cristos: El inicio de la leyenda del Rosario de Amozoc

El recorrido de los Cristos se realiza el miércoles santo durante la semana mayor por las principales calles adornadas con alfombras.

¿Alguna vez has escuchado a alguien decir "terminaron como el Rosario de Amozoc" cuando se trata de alguna discusión que termina en pelea física? En esta ocasión el equipo de El Popular, Periodismo con Causa se fue de visita a Amozoc de Mota, municipio ubicado a 18 kilómetros de la capital poblana con dirección a Tepeaca donde fuimos testigos de la Procesión de los Cristos, un acto muy simbólico para los pobladores de la zona y sede de esta leyenda tan famosa: El Rosario de Amozoc.

Esta procesión según los escritos de Tacho Vázquez, experto en temas de la comunidad y distinguido habitante de Amozoc relata que cada Cristo de los diferentes barrios del pueblo se dirigen hacia La Parroquia de Santa María de la Asunción donde se concentran junto con todos los habitantes y creyentes. 

El recorrido de los Cristos se realiza el miércoles santo durante la semana mayor por las principales calles adornadas con alfombras hechas a base de aserrín, cohetes, música, cantos religiosos y sobre todo, muchos faroles y luces de velas radiantes. 

Lee también: La mejor y la peor ciclovía en Puebla

Esta caravana de encruzados también se le conoce como Procesión de Faroles ya que algunos participantes portan unos faroles hechos por manos de artesanos amozoquenses hechos de hierro hace más de 200 años y aún se conservan algunos. 

"Acabaron como el Rosario de Amozoc" se menciona cuando se habla de una disputa y toda la leyenda surge debido a que en una celebración de esta procesión hace años, para ser exactos en 1797 se acostumbraba pagar una cuota a la iglesia pero hubo una persona que no quiso pagar la cantidad que estaba estipulada. 

Al hacerse de palabras el sacristán que recaudaba los fondos y la otra persona se armó una gran trifulca entre los participantes de dicha procesión, algunos defendiendo los argumentos de la iglesia y otros a la persona que no quería pagar. 

Entre empujones, palabras altisonantes los Cristos que procesionan también se vieron involucrados en medio de los golpes pues los habitantes tomaron como armas a las mismas imágenes en su defensa y dichos faroles salían volando. 

Este zafarrancho se supo en toda la Puebla de la Nueva España que Don Manuel de Flor y Tejeda quien era intendente de la capital en aquella época mandó a que se cancelaran estos actos públicos para que no se repitiria este hecho. Así es que lo escribe Tacho Vázquez mismo que también tomó algunas líneas hechas por el escritor Artemio de Valle Arizpe. 

Fue así que nació la frase "Acabó como el Rosario de Amozoc" misma que aún algunos habitantes mayores la siguen ocupando y contando a las futuras generaciones.

 

  • URL copiada al portapapeles