Miércoles 24 Septiembre 2025

La cifra de víctimas mortales tras la explosión de una pipa de gas registrada el pasado 10 de septiembre en el Puente de la Concordia, en la alcaldía Iztapalapa, ascendió a 30 personas, informó la Secretaría de Salud capitalina la noche del martes.

De acuerdo con el último reporte oficial, emitido a las 10:00 de la noche del 23 de septiembre, aún permanecen hospitalizadas 15 personas, muchas de ellas en estado crítico, mientras que otras 39 han sido dadas de alta tras recibir atención médica por quemaduras y lesiones derivadas del siniestro.

Entre los fallecimientos más recientes se confirmó el de Geovana, una joven de 21 años que hasta hace unos días permanecía en calidad de desconocida, según registros de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.

Durante el fin de semana también se notificaron las muertes de Adolfo Franco Madrigal, de 36 años; Ali Yael González Aranda, de 18; y Ricardo Corona Hernández, de 30 años, quienes se encontraban internados en hospitales de alta especialidad tras sufrir quemaduras de gravedad.

Uno de los casos que ha conmovido a la ciudadanía es el de Alicia Matías Teodoro, de 49 años, quien falleció a causa de quemaduras en más del 90% de su cuerpo. Testigos relatan que la mujer protegió con su cuerpo a su nieta de dos años en el momento de la explosión, lo que le costó la vida.

También se confirmó la muerte de Fernando Soto Munguía, el conductor de la pipa siniestrada, quien sufrió heridas mortales al momento del accidente.

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La lista de víctimas incluye a hombres y mujeres de distintas edades, entre ellos varios menores de edad, como Juan Carlos Sánchez Blas, de 15 años, y Jovani Martínez Llanos, de 17. Hasta ahora, las autoridades no han revelado el resultado de los peritajes que determinen las causas exactas del incidente.

La explosión, ocurrida en hora pico en una de las vialidades más transitadas del oriente de la capital, dejó también decenas de viviendas afectadas y vehículos calcinados. Habitantes de la zona han exigido justicia y respuestas claras por parte de las autoridades, así como garantías de que un hecho así no volverá a repetirse.