México ha declarado emergencia sanitaria por brotes de gusano barrenador, por lo que autoridades federales notificaron a transportistas y productores ganaderos la tramitación obligatoria del certificado sanitario para movilizar a animales y aves a lo largo del territorio del país. Este 2 de diciembre, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) publicó en el Diario Oficial de la Federación un acuerdo mediante el cual se activa el Dispositivo Nacional de Emergencia de Sanidad Animal ante los nuevos casos de gusano barrenador que afectan tanto a las aves como a ganado en diferentes entidades del país. Su objetivo radica en evitar que la plaga se propague a zonas libres, protegiendo la salud animal, así como la producción ganadera nacional y la inocuidad de productos agropecuarios. Su aplicación se encuentra dirigida a las regiones 6 y 7 del país; sin embargo, queda abierta la posibilidad de que se extienda de forma parcial o total a otros territorios de México si se detecta evidencia científica de presencia o riesgo inminente de la plaga. Como consecuencia, todo ganado bovino, caprino, bisonte, ovino, bufalino, porcino y de aves deberá de contar con un Certificado Zoosanitario de Movilización (CZM) para su transporte dentro del territorio mexicano. También te puede interesar: ¡Tenlo en cuenta! El jamón serrano podría desaparecer de las cenas navideñas por peste porcina Para su trámite, los animales deberán de tener una constancia de tratamiento preventivo contra el gusano barrenador, lo que incluye tratamiento con productos señalados por las autoridades, así como el cumplimiento de medidas de desinfección y una inspección física para descartar heridas o signos de infestación. Ante esto, representantes del sector ganadero han expresado su preocupación tanto por el costo adicional como la complejidad de los trámites, pues manifiestan que esto podría encarecer la movilización y afectar la producción. Por su parte, especialistas en el tema advirtieron que, para que las medidas sean efectivas, se requiere de un control riguroso, vigilancia continua y que los tratamientos y certificaciones estén respaldados científicamente, pues la naturaleza de la plaga resulta ser invasiva y destructiva. |