Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmaron que las huellas descubiertas en septiembre en Santa Ana Teloxtoc y otras zonas de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán (RBTC) pertenecen a diversos dinosaurios que caminaron por la región hace 120 millones de años en Puebla. Las recientes lluvias dejaron al descubierto restos fosilizados de un corredor prehistórico que revela la riqueza del ecosistema que existió durante el Cretácico Inferior en los municipios de Tehuacán y Atexcal. El responsable del área de Paleontología del Centro INAH Puebla, Iván Alarcón Durán, en coordinación con el gobierno del estado a través de la Dirección de Patrimonio Histórico, realizó inspecciones en diferentes localidades de ambos municipios, tras reportes de pobladores que detectaron nuevas huellas en la región, con el objetivo de resguardar los restos. Te puede interesar: Huellas prehistóricas de Atexcal, en riesgo de desaparecer Las investigaciones confirmaron la presencia de huellas de dinosaurios herbívoros, carnívoros y voladores en tres puntos: la junta auxiliar de Santa Ana Xaloxtoc, en Tehuacán —donde participó también el paleontólogo Joaquín Arroyo Cabrales—; así como en Santa Catarina Tehuixtla y San Lucas Teteletitlán, en Atexcal. En cada sitio se registraron entre cinco y 20 huellas, ubicadas principalmente en laderas de ríos y barrancas, zonas de fácil erosión, dispersas a lo largo de 200 a 300 metros. Entre los rastros más frecuentes se identificaron impresiones atribuidas a la familia Iguanodontidae, un grupo de dinosaurios herbívoros común en el registro mexicano. También se encontraron huellas de saurópodos —los dinosaurios de cuello largo— y, en menor cantidad, de pequeños terópodos. Además, se registraron posibles indicios de terópodos de mayor tamaño, posiblemente de la familia Allosauridae, así como de pterosaurios, dinosaurios voladores; aunque ambos casos requieren estudios complementarios para su confirmación.
Alarcón Durán precisó que la coexistencia de distintos grupos en una misma área no significa que vivieran de forma simultánea; los rastros pudieron haber sido dejados en diferentes momentos dentro del mismo periodo geológico. Las inspecciones también permitieron detectar estratos con abundantes moluscos —caracoles, turritelas y trigonias— y restos de madera fosilizada, comparables con los depósitos registrados en la Barranca del Río Magdalena, en Atexcal, y en San Juan Raya. Todos estos sitios pertenecen a la Formación San Juan Raya, correspondiente al Cretácico Inferior. El investigador recordó que, hace millones de años, casi la mitad sur del territorio que hoy ocupa Puebla estaba cubierta por el mar, donde existían zonas de playa y lagunas someras en las que quedaron impresas las huellas ahora expuestas. También que estos vestigios se conocen científicamente como icnitas y son evidencias indirectas de organismos vivos del pasado, rastros fosilizados, impresos hace millones de años sobre suelos blandos. |