Con el inicio de las posadas este 16 de diciembre, miles de familias mexicanas se alistan para celebrar una de las tradiciones más arraigadas de la temporada navideña. No obstante, este año el festejo llegará con un incremento en los costos, lo que obliga a los hogares a planear con mayor cuidado sus gastos. De acuerdo con un reporte de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), organizar una posada para alrededor de 10 personas puede costar cerca de 10 mil pesos, lo que representa un aumento aproximado del 20 % respecto a 2024, cuando el gasto promedio era de 8 mil 400 pesos. Como ocurre cada diciembre, los mercados y centrales de abasto registran una mayor afluencia de compradores que buscan insumos básicos para la celebración. Las piñatas tradicionales siguen encabezando la demanda, con precios que inician en 65 pesos para las más pequeñas, alrededor de 75 pesos las medianas, y hasta 110 o 120 pesos las de mayor tamaño, dependiendo de su peso. El relleno de las piñatas también impacta el presupuesto familiar. Según comerciantes, los precios de las frutas se mantienen relativamente estables, aunque varían por producto. La jícama se vende en 35 pesos por dos kilos; el tejocote cuesta entre 30 y 40 pesos el kilo; la guayaba va de 10 a 25 pesos; la caña se ofrece en 15 pesos el kilo; y el tamarindo alcanza los 20 pesos por medio kilo. A esto se suma la colación, con un precio aproximado de 120 pesos el kilo, el cacahuate en 80 pesos, y la naranja en 35 pesos. Te puede interesar: Febrero 2025: juicio contra Zavala, protestas y nombramientos en Puebla Sin embargo, el gasto más elevado continúa siendo la cena, que puede representar hasta 3 mil 500 pesos del presupuesto total. Preparar platillos tradicionales como pozole, tamales, pavo, lomo, pastas o ensaladas implica adquirir carnes, lácteos, aceites, verduras y pan, productos que han resentido los efectos de la inflación. Ante este escenario, especialistas recomiendan organizar posadas más pequeñas, compartir gastos entre invitados o ajustar el menú, con el fin de mantener viva la tradición sin que el impacto económico sea excesivo para las familias mexicanas.
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