Todos la hemos visto cuando pasamos justo aún costado de la Catedral de Puebla por la calle 2 sur, es una señora de edad avanzada que coloca en un rebozo muñecas Lele, de esas, que tienen trenzas coloridas y están hechas de tela.  

Ella es Josefa Gabino, quien, a pesar de no ser poblana, se ha ganado el corazón de cada persona qué transita por las calles del Centro Histórico y ve sus hermosas muñecas Lele. 

Doña Josefa es una de la mujer de 89 años, originaria de Santiago Mexquititlán, una comunidad en el municipio de Amealco, en Querétaro, y ante las pocas ventas que tenía decidió migrar a la capital poblana para vender sus muñecas.  

Ella relata que en un principio solo estaría en Puebla por la temporada de Semana Santa y después de ahí regresar a su localidad natal. Sin embargo, con el pasar de los días las ventas fueron mejorando decidiendo quedarse en la entidad, la cual la ha recibido de manera cariñosa. 

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Sus muñecas no son nada fácil de hacer, y cada una tiene diferentes tiempos para su elaboración, las más grandes, de 30 centímetros de alto se realizan en un lapso de 30 días; hay que cortar la tela que formará el cuerpo de la muñeca para posteriormente rellenarla y unir las piezas.  

Después continúa la creación de la ropa la cual no es más sencillo que el cuerpo de la muñeca, pues cada pieza lleva un atuendo de diferentes colores, hay unas muy coloridas y otras que tiene vestidos negros como si estuvieran de lulo.  

Los costos van de los 50 a los 150 pesos, pero aún y con sus precios accesibles, los turistas y lugareños intentan regatear el precio de sus artesanías, algo que le parece injusto, pues no es fácil elaborar una muñeca de este tipo y además no sale para comprar los materiales y continuar elaborándolas. 

A Doña Josefa la puedes encontrar en dos lugares en el Centro Histórico, en la esquina de la calle 2 Sur y la calle 3 oriente, enfrente del templo de San Juan de Letrán.