Hotel Royalty, ícono poblano que prevalece

El legendario lugar ha sido testigo de innumerables hechos históricos a lo largo de sus 100 años de antigüedad.

El Hotel Royalty es un ícono de la tradición poblana, al ser uno de los edificios más antiguos que mantiene su mismo giro y no ha desaparecido con el pasar de los años ni de la modernidad.  

El legendario lugar ha sido testigo de innumerables hechos históricos a lo largo de sus 100 años de antigüedad en donde ha sido testigo mudo de desayunos, viajes, visitas, tardes con café y vistas espectaculares desde su terraza. 

Además, ha sobrevivido sismos como el de 1985 o el de 1999, y hasta pandemias, como la que le obligó a cerrar, pero el tiempo no se desperdició, pues se tomó para realizar una remodelación.  

Arturo Castillo, se encarga actualmente de las Relaciones Públicas del Hotel, pero fue su gerente por al menos 20 años, por lo que conoce cada recoveco del lugar y claro, su historia.  

Don Arturo relató para El Popular, Periodismo con Causa que el primer antecedente del gastronómico del Royalty es su cafetería El Giacopello, el cual comenzó sus funciones alrededor de 1904-1905 en donde se servía comida de la península centro sur de Itálica y estuvo en funcionamiento hasta los años 20’s.  

En 1922 el Giacopello se transforma en el restaurante Royalty, en donde el menú cambiaría para ofertar comida típica poblana y mexicana. 20 años después, Don Manuel Hill Iro decide comprar el edificio completo donde se ubicaba el restaurante a la señora viuda de Guzmán, para que en 1945 se inaugurara lo que hoy conocemos como Hotel Royalty.  

 

 

El lugar tenía gran fama, pues al estar en el corazón de la ciudad llamaba la atención de grandes personalidades, logrando que en alguna de sus 45 habitaciones se hospedaran estrellas como María Félix, durante el rodaje de la película “Enamorada”, aunque también se rumora que “La Doña”, visitaba frecuentemente el Royalty para poder visitar a quien se convertiría en su esposo Agustín Lara, además del actor Ernesto Alonso, entre otros. 

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Don Arturo, también recuerda que en el Hotel se han firmado acuerdos políticos, y ha visto ir y venir a gobernadores y presidentes municipales.  

Las remodelaciones  

El majestuoso hotel ha tenido apenas cinco remodelaciones, y algunos arreglos menores. En 1966 se realizó la primera remodelación en la cual se agregó un tercer piso, para poder expandir el hotel y agregar más habitaciones.  

En 1992, se realizó la segunda remodelación en donde se repararon solamente las fachadas y algunos detalles del interior del inmueble.  

En 2003, se volvió a ampliar el Hotel, pues se canceló un carril del arroyo vehicular en la avenida Palafox y Mendoza, en donde se colocaron mesas para que la cafetería del Hotel se expandiera hacia el frente con una Terraza.  

En 2014, se inaugura el famoso Sky Bar, en donde su vista de la Catedral y de todo el primer cuadro de la capital poblana se puede apreciar.  

 

 

En 2020, la llegada de la pandemia, casi logra que el hotel cerrara sus puertas de manera permanente, sin embargo, se aprovechó el tiempo para realizar una remodelación total de sus espacios interiores, habitaciones, y la fachada.  

La remodelación del 2020 estuvo a cargo de la firma de arquitectos Cibrian, quienes tuvieron que adecuarse a las reglas del INAH, y las medidas sanitarias de la pandemia para poder trabajar en el hotel.  

Fernando Cibrian, seguro que fue un honor para su firma el poder realizar la remodelación, sin embargo, lograron darle un giro moderno sin poner en riesgo su esencia historia y de patrimonio cultural.  

“Fue un proyecto que trabajamos de la mano del gobierno estatal, federal y municipal, con las autoridades como el INAH y la Gerencia del Centro Histórico para rescatar toda esa esencia del edificio colonial que ya tiene muchísimos años y que es un edificio emblemático de la ciudad de Puebla,” explicó. 

 

 

El arquitecto aseguró que lo más complicado de la remodelación fueron las habitaciones, pues con el tamaño reducido de los cuartos no sabían cómo organizar el espacio sin que este se viera afectado o se sacrificará la calidad de los mismos.  

Sin embargo, el resultado final sorprende a los espectadores pues, lograron generar espacios amplios, cómodos, elegantes y por su puesto sin perder ese toque de casona de antaño.  

Fernando Cibrian reveló que su parte favorita, es el patio principal, el cual es un patio colonial, en donde la firma logró restaurar la fuente original y sus escaleras. Además, se logra apreciar los tres pisos del Hotel y sus candelabros de cristal. 

 

 

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