Conoce la Villita de Guadalupe del Paseo Bravo
El diseño de la fachada corrió a cargo de Diego de la Sierra y se caracteriza por estar enmarcada por un arco de azulejos de talavera azul y blanco.
En la Avenida Reforma, antes “calle de Guadalupe”, se encuentra el Templo de Nuestra Señora de Guadalupe, o cómo le dicen todos los poblanos “La Villita de Guadalupe”.
Este inmueble católico data del 12 de diciembre de 1722, sin embargo, cuenta la historia que en 1870, el templo y el colegio fueron vendidos en la suma de 6 mil 400 pesos de aquella época.
Y fue en 1903 cuando los Misioneros Guadalupanos, enviados por don Ramón Ibarra y González, quien fuera el primer arzobispo de Puebla, se hicieron cargo de él. Lee también: ¿Por qué peregrinan los Guadalupanos?
El templo se encuentra ubicado en medio de dos plazas que lo enmarcan: la plaza al poniente está dedicada a don Juan de Palafox y Mendoza, y la del lado oriente que es una plaza arbolada, está dedicada a la Libertad de Expresión.
El diseño de la fachada corrió a cargo de Diego de la Sierra y se caracteriza por estar enmarcada por un arco de azulejos de talavera azul y blanco; estos forman figuras de estrella. El arco se encuentra el monograma de María. Parte de la fachada está recubierta de ladrillo rojo, al igual que en las cúpulas del templo.
En la fachada, bajo los campanarios, se encuentra representado en azulejos, las cuatro apariciones de la Virgen de Guadalupe. En los medallones apare la inscripción: "fecit talliter omni nationi" ("no hizo nada semejante por otra nación"), que es una frase que aparece junto a la imagen de la Virgen de Guadalupe, autorizada por el papa Benedicto XLV, al declararla como patrona de la Nueva España. Las torres del templo cuentan con tres cuerpos las cuales muestran profusión en los adornos; con columnas salomónicas.
El presbiterio tiene una bóveda de plato en el cual las pechinas muestran pinturas de pontífices relacionados al culto de la Virgen de Guadalupe. A lo largo del interior, en las paredes, hay cuatro lienzos que muestran las cuatro apariciones de la virgen. Anexo al templo hay una capilla dedicada a la Virgen Dolorosa.
Curiosamente este tipo de adornos con dichas características se pueden encontrar en otros edificios históricos de la capital poblana como la Casa de los Muñecos, la Casa del Alfeñique, además de los Templos conventuales de San Francisco, estas características de la época cuando el estilo Barroco estaba de moda en la arquitectura andaluza. |