Raven Saunders de EE.UU. levanta los brazos en “X” en protesta durante entrega de medallas

La lanzadora de peso estadounidense Raven Saunders ha vuelto a utilizado los Juegos Olímpicos de Tokio para difundir su apoyo a los colectivos oprimidos.

La lanzadora de peso estadounidense Raven Saunders ha vuelto a utilizar el escenario mediático de los Juegos Olímpicos de Tokio para difundir su apoyo a los colectivos oprimidos. La atleta, símbolo del colectivo LGBT, ha aprovechado su presencia en el segundo escalón del podio en la final de lanzamiento de peso para enviar un guiño a "todos aquellos que son marginados".

La deportista norteamericana ha protagonizado momento icónicos de los Juegos, comenzando por un atrevido look que captó la atención de todas las miradas. Apodada como Hulk, ha participado en todas las pruebas de la cita olímpica con una mascarilla del conocido superhéroe, un guiño a la superación de sus problemas mentales, según explica la propia Saunders.

"En mi carrera, especialmente marcada por los problemas de salud mental, he aprendido a compartimentar. Algo parecido a la historia de Hulk, consigo sacar a mi Hulk interno en los momentos difíciles" , relata la atleta. 

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La estadounidense ha explicado que recorrió un duro camino antes de llegar a los Juegos Olímpicos, y es que tal y como reveló en 2018, sufrió graves problemas mentales que la llevaron al borde del suicidio. Tras superar  un cuadro  de depresión, ansiedad y estrés postraumático la atleta ha aprovechado a esta gran cita del deporte mundial para reivindicar la importancia de la salud mental.

En parte, la ganadora de la medalla de plata ha logrado salir adelante gracias al deporte: "Era joven, negra y gay. Hay muchos estigmas alrededor de eso y llegué a pensar que no iba a encontrar una salida. El atletismo me distraía, pero los problemas persistían". 

Mientras tanto, El Comité Olímpico Internacional estudiará los detalles relacionados con el gesto realizado en el podio de lanzamiento de peso por Raven Saunders,  que cruzó los brazos sobre su cabeza en forma de X para indicar "la intersección en la que se encuentran todos los que están oprimidos".

Saunders realizó, de esta forma, el primer gesto reivindicativo en el podio de atletismo de los Juegos Olímpicos de Tokio, contraviniendo la normativa del COI, que para estos Juegos los autoriza siempre que no sea en competición o en la ceremonia de entrega de medallas.

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