Don Demetrio tiene 92 años y es un fotógrafo del zócalo de la capital poblana, desde hace 50 años. Don Demetrio se encuentra tomando fotos a los turistas y visitantes del zócalo y la Catedral. 

Sin embargo, no siempre fue así, antes en 1944, un joven Demetrio comenzó a trabajar a los 14 años en la industria textil, rubro que prosperaba en la capital poblana con un gran número de fábricas. 

“Yo me dedique toda mi vida, desde los 14 años en la industria textil, hasta que prácticamente se acabó la industria textil por allá de los años 70’s,” explicó. 

Posteriormente, esta industria comenzó a perder fuerzas en los años 60’s y 70’s, y comenzaron los despidos masivos de personal. Don Demetrio fue uno de los muchos trabajadores que se vieron afectados por el recorte. Pero, Don Demetrio no se quedaría con los brazos cruzados y comenzó a buscar un nuevo trabajo. 

En el zócalo de la capital poblana, Don Demetrio relata que tenía un amigo que lo invitó a trabajar con él, retratando a los turistas en el atrio de la Catedral de Puebla. Le comento que él le podría enseñar a sacar las fotos y ganarse “un dinerito extra”.

Don Demetrio con 40 años de edad, no se dio por vencido y decidió aprender el oficio, en esa época la revolución de las cámaras dominaba en los eventos, fiestas y plazas de la ciudad. No era extraño encontrar un fotógrafo en el zócalo, ofreciendo retratos por 20 pesos. 

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Así que el negocio próspero ya que, “muchos turistas de otras partes del país llegaban a Puebla y me pedían que les sacara una foto para el recuerdo”. 

Las fotos que Don Demetrio sacaba, las revelaba en un estudio fotográfico que se encontraba a unos metros de él, ahí en los portales del zócalo. Además de eso, acudía a fiestas y eventos sociales para retratar a lo invitados. 

Sin embargo, con el pasar del tiempo, la tecnología comenzó a evolucionar a pasos agigantados, transformando las cámaras de rollo, por las instantáneas y a su vez por las digitales que se utilizan actualmente. 

Otro dispositivo que llegó para mermar el oficio del fotógrafo, fueron los teléfonos inteligentes que, permitían a todo el que lo tuviera tomar sus propias fotos, su propias “selfies”. 

“Una foto bien hecha o mal hecha, estando hecho en papel, es foto. Usted se muere y quedan esas fotos de recuerdo para sus hijos. Cuando pasan 40, 50 años, ahí está la foto, en el teléfono es como si no tuviera nada”, relató.

Esto, no ha detenido a Don Demetrio quien encontró la forma de adaptarse, pues cuenta con una pequeña impresora de fotos que le permite entregar la o las fotografías a sus clientes en solo un par de minutos y aún costo muy accesible; solo 50 pesitos por imagen. 

Todos pueden ver a Don Demetrio cuando visitan el Centro Histórico, siempre lo encontrarán esperando clientes, ahí en la entrada de la Catedral de lado de la calle 3 oriente, sobre la 16 de Septiembre. Si lo vez, no dudes en pedirle un retrato y darle continuidad a su labor.

“Yo voy a seguir aquí tomando fotos, hasta que ya no pueda”, expresó.