La sal es la principal fuente de sodio para el cuerpo humano, que es un mineral esencial para el organismo.

Aunque en la actualidad, el sodio ya no solo está presente en la sal, por lo que, al consumir este mineral de otros alimentos, solemos ingerir más cantidad de la recomendada.

Se sabe que la ingesta elevada de sodio influye en el desarrollo de diversas enfermedades, como la hipertensión, padecimientos cardiovasculares, cerebrovasculares y enfermedad renal crónica. 

Pero en la actualidad, existen otras alternativas, como es la sal sin sodio, que, según los expertos, reduce la presión arterial, evita la retención de líquidos, disminuye el riesgo de padecer obesidad y fortalece los huesos, entre otros beneficios.

Recientemente, una nueva investigación llevada a cabo por el Instituto George para la Salud Global de Sidney en Australia, ha demostrado que sustituir la sal por una alternativa baja en sodio reduce el riesgo de sufrir un ictus en personas con hipertensión arterial o con antecedentes de ictus.

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Ahora, los autores de un amplio estudio que duró cinco años, realizado entre 21,000 habitantes de la tercera edad de zonas rurales en China, confirmó que el consumo de sustituto de sal (75% cloruro de sodio, 25% cloruro de potasio), entre personas de mayores de 60 años, reduce las tasas de mortalidad y el riesgo de padecer derrames cerebrales.

Las personas que participaban desde las aldeas de intervención, recibieron un sustituto de la sal en sustitución de la sal común. La utilizaron para cocinar, condimentar y conservar los alimentos. Por otro lado, los participantes de los pueblos de control continuaron con sus hábitos habituales.

Para aquellos que usaron el sustituto de la sal, los investigadores encontraron que el riesgo de accidente cerebrovascular se redujo en 14 %, los eventos cardiovasculares totales (accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos combinados) en 13% y la muerte prematura en 12%.

Aunque se sabe desde hace tiempo que la ingesta excesiva de sal tiene consecuencias, no afecta a todos de manera similar. Es por ello que en el “Estudio sobre el sustituto de la sal y accidentes cerebrovasculares”, publicado en el New England Journal of Medicine, la razón para llevar a cabo las observaciones en zonas rurales fue para tener un mejor control del experimento, ya que generalmente ahí no se consumen alimentos procesados, por lo que el uso de sustitutos no habría representado por completo la mayor parte de la ingesta.

Un reciente estudio de modelización realizado para China, prevé que podrían evitarse 365.000 accidentes cerebrovasculares y 461.000 muertes prematuras al año si se demostraba que la sustitución de la sal era eficaz.

Los autores del estudio, del Instituto George para la Salud Global, señalan que el método de sustitución de la sal podría tener importantes consecuencias para la salud pública en el mundo.

“Esta es simplemente la pieza de investigación más sencilla y valiosa en la que he estado involucrado, cambiar la sal de mesa por un sustituto de la misma es una oportunidad muy factible y de bajo costo para obtener un beneficio de salud global masivo" declaró Bruce Neal, autor principal del estudio.