Dispositivos implantados en el cerebro que controlan el estado de ánimo: ¿La cura para la depresión?

Científicos desarrollaron un tratamiento para el tratamiento de la depresión severa a través de estímulos eléctricos automatizados.

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La Universidad de California en San Francisco (UCSF, por sus siglas en inglés), desarrolló un tratamiento para el tratamiento de la depresión severa a través de estímulos eléctricos automatizados. 

Un equipo multidisciplinario de médicos de la UCSF ha encontrado un tratamiento exitoso para pacientes con depresión severa, a través de bloqueos y estímulos de circuitos específicos del cerebro relacionados con los patrones depresivos y reiniciándolos usando el equivalente a un marcapasos para el cerebro.

El estudio, que aparece en revista Nature Medicine de octubre, representa un exitoso punto de referencia para los avances en neurociencia para tratamiento de desórdenes psiquiátricos.

"Este estudio muestra el camino a nuevo paradigma tan desesperadamente necesario en psiquiatría," menciona Andrew Krystal, profesor de psiquiatría y miembro del Instituto Weill de Neurociencias de la UCSF. "Hemos desarrollado una aproximación médica que ha tratado satisfactoriamente la resistencia a los tratamientos de nuestra paciente de prueba, al identificar y modular el circuito eléctrico específico de su cerebro asociado con sus síntomas."  

Pruebas clínicas anteriores a esta mostraron un éxito limitado en el tratamiento de la depresión con estímulos cerebrales profundos, en parte porque la mayoría de los dispositivos solo pueden enviar estimulación eléctrica constante, generalmente solo en un área del cerebro específica. Un desafío mayor para el tratamiento para la depresión es que ésta involucra diferentes partes del cerebro, a la vez distintas en cada paciente.

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El punto destacable que hizo exitoso a este tratamiento fue el descubrimiento de una "bio-marca neuronal" - un patrón específico de actividad cerebral que indica el comienzo de los síntomas- y la habilidad de los científicos para adaptar un dispositivo de estímulos cerebrales profundos que responde solo cuando éste reconoce el patrón. El dispositivo entonces estimula un área diferente del circuito cerebral, logrando una acción inmediata, automatizada y terapéutica que es única para el cerebro del paciente y el circuito neuronal que causa su enfermedad. 

Este tratamiento personalizado alivió los síntomas de la paciente casi de forma inmediata, menciona Krystal, en contraste con el periodo de cuatro a ocho semanas que requieren para tener efecto los modelos de tratamiento convencionales y ha durado los quince meses que lleva la paciente con el implante del dispositivo. Para pacientes con depresión de largo plazo y resistentes al tratamiento, éste invento podría transformar sus vidas.

"Yo estaba al final del camino," dice la paciente, que pidió ser identificada como Sarah. "Yo sufría una profunda depresión. No podía verme continuando así, no me sentía capaz, no podía superarlo. No era una vida que valiera la pena vivir."

Fuimos capaces de desarrollar un tratamiento personalizado para pacientes con depresión y hemos aliviado sus síntomas," menciona Katherine Scangos, autora principal del estudio. "Nunca antes habíamos sido capaces de llevar a cabo esta clase de terapia personalizado previamente en la historia de la psiquiatría," sentencia.

Edward Chang, neurocirujano de la UCSF y parte del equipo de investigación, fue el responsable de colocar el dispositivo y sus electrodos en las áreas específicas del cerebro donde el equipo científico encontró la "bio-marca" y la región del circuito de la depresión de Sarah, donde el estímulo funcionó mejor para aliviar sus síntomas en el estado de ánimo. El primer electrodo monitorea constantemente la actividad cerebral, cuando detecta la "bio-marca", el dispositivo manda una señal por el otro electrodo con una intensidad minúscula de electricidad por seis segundos, lo que logra que la actividad neuronal cambie.

"La efectividad de esta terapia mostró que no solamente identificamos el circuito cerebral correcto y la "bio-marca", sino que también fuimos capaces de replicar el efecto de manera enteramente distinta, en una fase posterior de la prueba, usando el dispositivo implantado," mencionó Scangos. "Este éxito por sí mismo es un avance increíble en nuestro conocimiento sobre las funciones cerebrales relacionadas con la enfermedad mental."

"En los primeros meses, la disminución de la depresión fue tan abrupta, que no estaba segura de que duraría," menciona Sarah, la primera paciente de prueba. "Pero ha durado. Y me he dado cuenta de que este dispositivo realmente aumenta los resultados de la terapia y autocuidado que he aprendido como paciente aquí en la UCSF".

El trabajo terapéutico la ha dado una nueva perspectiva de las emociones desencadenantes y los pensamientos irracionales que la solían obsesionar. "Ahora, esos pensamientos siguen apareciendo, pero de repente solo...puf... el ciclo se detiene."

El tratamiento aún sigue lejos de ser aprobado por las instancias de sanidad de Estados Unidos. Sin embargo, es un suceso promisorio en el avance de la ciencia médica y psiquiátrica. Es una forma de usar la tecnología en el control de estados de ánimo específicos. ¿Será realmente la cura para la llamada enfermedad del siglo?