Así vive Siria su peor crisis de agua en los últimos 70 años

El noreste del país sufre la peor sequía gracias al cambio climático y el conflicto con Turquía.

Así vive Siria su peor crisis de agua en los últimos 70 años
Daniela Sala/DW Así vive Siria su peor crisis de agua en los últimos 70 años

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En los últimos meses, Siria ha sufrido las consecuencias de su conflicto con Turquía, quien de manera frecuente ha realizado cortes prolongados en el suministro de agua.

Desde 2020, el nivel del embalse de Assad, ubicado frente a la presa de Tabqa, en el Éufrates (el mayor río de Siria) ha descendido seis metros. Su nivel de agua es tan bajo, que las estaciones de bombeo que deben abastecer a los pueblos y campos de los alrededores ya no pueden alcanzar el agua del río.

De acuerdo con la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés), este año alrededor de un tercio de las aproximadamente 200 bombas a lo largo del Éufrates se vieron afectadas por el bajo nivel del agua, dando como resultado que más de cinco millones de personas en la región no tuvieran suficiente acceso al agua.

"El insuficiente caudal del Éufrates tiene un impacto directo en la vida diaria de millones de personas. El agua potable escasea en al menos tres distritos gubernamentales de Siria: Deir ez-Zor, Al Raqa y Alepo”, indicó Bo Viktor Nylund, representante del Fondo de la ONU para la Infancia, UNICEF, en Siria. "Necesitamos urgentemente una conversación a nivel regional para encontrar una solución lo antes posible”.

Pero esta no es la única razón que ha dado origen a la crisis del agua en el noreste de Siria, en realidad esta tiene otra causa principal.

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Medio Oriente es una de las regiones del mundo más afectadas por la crisis climática. Un gran ejemplo de esto ha sido la última temporada de lluvias, la cual comenzó en Siria con dos meses de retraso en el invierno de 2020-2021 y terminó dos meses antes de lo habitual en la primavera de 2021, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

Además, el calor extremo de abril afectó a la cosecha en muchos lugares. En verano, según la OCHA, el país sufrió la peor sequía de los últimos 70 años. La organización de la ONU pronosticó pérdidas de cosechas de al menos el 75 por ciento en los cultivos de campo y de hasta el 25 por ciento en los cultivos de regadío en todo el noreste de Siria.

Este problema no solo tiene graves consecuencias para la agricultura. Según la UNICEF, sin agua en casa, los niños son los encargados de conseguirla llenando bidones con el agua de las cañerías de la calle y otros puntos de suministro.

El agua al ser de mala calidad provoca un aumento significativo de enfermedades como la diarrea, fiebres tifoideas, hepatitis y otras enfermedades especialmente en los niños.

Aunado a esto, los bajos niveles de agua pusieron en peligro el suministro de energía. Alrededor de tres millones de personas en el noreste de Siria obtienen su electricidad principalmente de tres centrales hidroeléctricas en el Éufrates.

Algunas zonas solo cuentan con 1 hora de electricidad al día y se han registrado cortes de hasta 4 días.

“El agua potable es tanto una necesidad básica como un derecho fundamental, en Siria y en cualquier lugar”, dijo Peter Salama, director regional de UNICEF en Oriente Medio y África del Norte. “Negar a la población civil el acceso al agua supone una violación flagrante del derecho humanitario que debe detenerse”.