Algunos elementos presentes en la ceniza emitida por el volcán Popocatépetl, como metales pesados y tóxicos, pueden ingresar al cuerpo humano y representar riesgos para la salud, de acuerdo con un estudio encabezado por Benedetto Schiavo, investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Una vez inhaladas, muchas partículas quedan atrapadas en los pulmones y, al no ser reconocidas como parte del cuerpo, el organismo intenta eliminarlas mediante estrés oxidativo, lo que a largo plazo podría causar inflamación aguda o crónica. Durante el pódcast Geofísica al descubierto, transmitido por Spotify, se explicó que las cenizas son bioinsolubles, biodurables y presentan baja bioaccesibilidad al contacto con fluidos pulmonares humanos, por lo que es importante atender las indicaciones de Protección Civil para evitar la exposición. Te puede interesar: ¡El Popo anda muy activo! Registra 37 exhalaciones en las últimas 24 horas El equipo de investigación simuló en laboratorio alveolos humanos para determinar cuáles metales y en qué cantidad pueden penetrar, ser absorbidos y ocasionar problemas. Se analizaron concentraciones de magnesio, arsénico, cadmio, cromo, cobre, manganeso, níquel y plomo, así como el tamaño, textura y forma de las partículas. Benedetto Schiavo explicó que las partículas finas, menores a 2.5 micras (PM 2.5), y las extremadamente finas, menores a 100 nanómetros, son las que pueden acceder al organismo. El estudio, publicado en Environmental Geochemistry and Health, evaluó la fracción bioaccesible de ocho metaloides tóxicos en cinco muestras de ceniza del Popocatépetl mediante difracción de rayos X y microscopio electrónico de barrido, al ser uno de los más monitoreados a nivel nacional. Además de Schiavo, participaron en la investigación Ofelia Morton Bermea (Instituto de Geofísica), María Aurora Armienta Hernández y Daisy Valera Fernández (Instituto de Geología), Claudio Inguaggiato (CICESE), así como Diana Meza Figueroa, Aracely Angulo Molina, Belem González Grijalva y Francisco Berrellez Reyes (Universidad de Sonora). |