Lunes 29 Septiembre 2025

La tarde caía con pesadez entre nubes densas y una lluvia que no daba tregua. Sin embargo, el clima no fue suficiente para frenar a los miles de poblanos y poblanas que, con tejana en mano, botas bien puestas y el alma cargada de emoción, se dirigían al concierto más esperado de la temporada: Intocable volvía a tierras poblanas.

Intocable / créditos Omar Cuevas

El caos vial se adueñó de las principales arterias. Mientras a un lado del recinto un partido de fútbol encendía pasiones minuto a minuto, en el Auditorio GNP, las notas del regional norteño se preparaban para hacer vibrar el alma colectiva. Afuera del recinto, la escena era un desfile de entusiasmo. Parejas, grupos de amigos y familias enteras sorteaban charcos, tráfico y empujones para llegar a tiempo. No importaba la demora: valía la pena mojarse por la nostalgia.

Poco después de las 9 de la noche, las luces se apagaron y un haz de color iluminó el escenario. Entonces, la inconfundible voz de Ricky Muñoz emergió. Los gritos se hicieron unánimes. La primera canción fue suficiente para que el público se rindiera por completo. Cada acorde fue un viaje al pasado, a esos dìas de escuchar sus sencillos por la radio o para los más jóvenes de hacer memoria en las canciones que ponían tus padres. 

Intocable / créditos Omar Cuevas

Éxito tras éxito, la banda tejana demostró por qué sigue siendo referente del género. Temas como “Fuerte no soy”, “Y todo para qué” y “Enséñame a olvidar” se convirtieron en himnos coreados con el corazón abierto. No hubo silencio, ni indiferencia. Solo voces que, al unísono, le recordaban al grupo que en Puebla también tienen casa.

Cerca del final,entonando en coro “otra, otra, otra, el público supo que la espera, la lluvia y el caos vial había valido completamente la pena. Intocable no solo ofreció un concierto; entregó una noche inolvidable que quedó  para la memoria de las y los asistentes.

Intocable / créditos Omar Cuevas

Aún con la emoción vibrante a los alrededores, las y los poblanos despidieron  a la agrupación de la mejor manera: gritando y lanzando una serie de aplausos que hasta el último minuto buscaban extender la presentación, reteniendo la magia y los sentimientos que lograron evocar durante todo el concierto. Al salir del recinto, la realidad alcanzó a los poblanos y poblanas, pues el caos vial seguía ahí, filas interminables de autos y para los menos afortunados,  la espera de encontrar transporte a casa a tan altas horas de la madrugada, sin embargo las risas y los tarareos aún se escuchan por montones, pues la banda texana dejó una vez más en tierras poblanas ese refugio que sobrepasa el tráfico y la lluvia, eso que solo te da tu artista favorito e Intocable el favorito de muchos en Puebla.