Maternar en la cárcel, doble sufrimiento

Las infancias también sufren la precariedad en las cárceles para mujeres en Puebla

Maternar en la cárcel, doble sufrimiento
Cortesía Maternar en la cárcel, doble sufrimiento

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Las cárceles poblanas son espacios que desde su creación fueron estructuradas solamente para hombres. Las pocas mujeres que se encuentran recluidas en los penales de la entidad  se han adaptado para habitar en espacios precarios y no dignos para una mujer. 

Así lo afirma Jessica Techalotzi Zontlimatzi, integrante del área de Coordinación de proyectos en la asociación civil Cafis, en entrevista para El Popular, periodismo con causa. Ella señaló que las carencias que viven las mujeres privadas de su libertad les afecta en todos los aspectos: laboral, personal, salud y también en la maternidad. 

En este sentido, relató que de Cafis han acudido a los diferentes ceresos del estado y se dieron cuenta que las instituciones que administran estos lugares no las apoyan con los insumos básicos para un bebé, como pañales, biberones, ropa, medicamento entre otras necesidades. Para poder obtener estos insumos dependen de sus familiares y de algunas organizaciones que se encargan de donarles cosas. 

Por ejemplo, en diciembre Cafis recolectó pañales, leche de fórmula, biberones y productos de aseo personal para las madres que fueron donados a estas mujeres privadas de su libertad. 

Techalotzi reveló que hasta el momento han contabilizado 12 mujeres que están maternando en los ceresos poblanos; nueve en el de Ciudad Serdán y tres en el de San Pedro Cholula

La activista puntualizó que hacen falta políticas públicas para que una mujer privada de su libertad reparen el daño a la sociedad de manera digna, pues los espacios en los que cumplen sus condenas no contemplan ni siquiera de lavaderos para mantener sus prendas limpias, orillándolas a lavar sus ropa y la de sus bebés en los lavamanos de sus celdas. 

Asimismo, las mujeres embarazadas tienen las visitas mínimas a los Centros de Salud, ya que dentro de los penales no hay el equipo médico ni personal capacitado para realizar las revisiones durante un embarazo. Al momento de dar a luz, las mujeres son trasladadas a los hospitales designados para tener a sus infantes, sin embargo, regresan casi inmediatamente después de dar a luz a los centros penitenciarios. 

En 2021, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, realizó el “Diagnóstico sobre las condiciones de vida de las mujeres privadas de libertad desde un enfoque interseccional 2021”, en el cual señaló que, en los centros penitenciarios de Puebla, no disponen de infraestructura relacionada con la maternidad, espacios para el cuidado de sus pequeños, la lactancia, o para la protección de los derechos de las infancias en general. 

Otra problemática que enfrentan las mujeres que están privadas de su libertad es la separación temprana de sus hijos e hijas, pues la ley sólo les permite tenerlos con ellas hasta que cumplen tres años de edad. 

Finalmente Techalotzin señaló que, tan sólo para empezar a solucionar estos problemas, se requiere de políticas públicas en las que trabajen en conjunto diferentes instancias del gobierno para coordinar acciones y darles una continuidad ininterrumpida. Sin embargo, para ello también se requiere voluntad política de los actores en el poder.

“No hay mucha sensibilidad a ciertos temas vinculados con la salud de las mujeres privadas de su libertad. Como ejemplo, muchas de ellas tiene poco o nulo acceso a servicios ginecológicos y viven sus periodos menstruales desde el dolor, el cual tienen ya tan normalizado que se invisibilizan, y por lo tanto no se atienden, los trastornos como la endometriosis o el ovario poliquístico”