Sábado 09 Agosto 2025

En el marco del 9 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indígenas, liderazgos comunitarios, activistas y personas académicas exigieron que las consultas a pueblos originarios, afromexicanxs y comunidades equiparables dejen de ser un requisito administrativo y se conviertan en un verdadero diálogo intercultural, que respete tiempos, formas y cosmovisiones.

La demanda se hizo durante la mesa temática Pueblos Originarios, Afromexicanos, Equiparables y Comunidad Migrante, organizada por el Colectivo Hermanos Serdán y Opción Ciudadana Puebla, como parte de la Semana de la Participación Ciudadana. El encuentro se realizó el viernes 8 de agosto en la Sala de Arte de la Correduría Rosete, con la participación de Basilisa Montaño Gutiérrez, José Manuel López Medel, Gerardo Pérez Muñoz y Rafael Bringas Marrero, moderado por Arturo Mendoza González.

Traducir no es consultar

El abogado y asesor comunitario José Manuel López Medel subrayó que las consultas establecidas en el artículo 2º constitucional y el Convenio 169 de la OIT no deben reducirse a actos formales ni a simples traducciones:

“No es sólo poner la información en lengua indígena. Es entender cómo se comunican las comunidades, cómo deliberan, cómo toman decisiones colectivas. Si no se parte de su forma de vida, no es consulta, es simulación”.

López Medel, quien también investiga la historia de las comunidades afro en Puebla, denunció que a pesar de las reformas constitucionales que las reconocen, no hay leyes reglamentarias ni mecanismos que permitan ejercer plenamente esos derechos y que la ausencia de casos en salas indígenas o afros de los tribunales es prueba de que el reconocimiento está en el papel, no en la práctica.

Foro organizado por el Colectivo Hermanos Serdán y Opción Ciudadana Puebla
Foro organizado por el Colectivo Hermanos Serdán y Opción Ciudadana Puebla

Coyomeapan: de la represión a la voz colectiva

Para Basilisa Montaño Gutiérrez, originaria de Santa María Coyomeapan y ex presa política, el problema no es sólo la consulta, sino el costo de alzar la voz. Relató que en su comunidad, tras el conflicto electoral de 2021, se ejerció autogobierno y se defendió el territorio, lo que derivó en persecución, cárcel y violencia, incluido el asesinato de tres hombres y un menor el 9 de mayo de 2022 por policías estatales.

“Hablar de cultura no pasaba nada, pero hablar del territorio y de los recursos naturales sí, porque había intereses políticos. En Coyomeapan aprendimos que para poder quedarnos había que irnos: a la cárcel, a la tumba o al exilio”.

Aun así, dijo que la experiencia dejó como herencia la pérdida del miedo:

“Cuando la gente dijo ‘que nos maten todos, aquí estamos’, supe que algo había cambiado. Ya no tienen miedo”.

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Historia y estructura del despojo

El activista e investigador Gerardo Pérez Muñoz ofreció un recorrido histórico que conectó la conquista con los despojos actuales, desde la matanza de Cholula en 1519 hasta las expropiaciones de tierras para megaproyectos. Advirtió que el modelo de “consulta” que prevalece hoy contradice la norma internacional:

“Los gobiernos llaman parlamento abierto a lo que debería ser una consulta previa, libre, informada y culturalmente adecuada. Es una simulación que no respeta los estándares del Convenio 169 de la OIT”.

Señaló que incluso en municipios donde los cabildos se han declarado “pluri y multiculturales”, no existen políticas públicas reales para atender a pueblos originarios o migrantes.

Todxs coincidieron en que el enfoque de “consulta” que se aplica actualmente debe transformarse en un proceso de diálogo intercultural, que reconozca y respete la cosmovisión de cada pueblo.

“Una consulta real implica que el Estado entienda que no piensa igual que la comunidad, y que la comunidad conozca de primera mano las implicaciones de lo que se consulta. Sólo así habrá decisiones libres y colectivas”: López Medel.

Las consultas deben transformarse en un proceso de diálogo intercultural
Las consultas deben transformarse en un proceso de diálogo intercultural

“La burocracia sigue pensando con lógica colonial”

Rafael Bringas Marrero, profesor indígena nahuahablante con una trayectoria en educación y en la administración pública aseguró haberse topado con una burocracia marcada por el pensamiento colonial. Relató que, en 2019, cuando el gobierno estatal presentó el decreto para crear el Instituto de los Pueblos Indígenas, él advirtió que debía someterse a consulta previa conforme al artículo 2º constitucional y al Convenio 169 de la OIT. Sin embargo, la propuesta oficial fue sustituirla por un “parlamento abierto” que, posteriormente, la Suprema Corte invalidó por no cumplir los estándares internacionales.

“Cuando se trata de pueblos indígenas, en la burocracia pesa más la prisa y la simulación que el respeto a la consulta. Y eso lo vivimos en carne propia”.

Bringas también narró cómo impulsó un protocolo real de consulta que incluyó acuerdos previos con autoridades comunitarias, información en lengua originaria, deliberación interna y una fase consultiva en sedes estratégicas. Según dijo, este proceso demostró que es posible hacer consultas legítimas si se respeta el tiempo y la forma de las comunidades.

Finalmente, denunció que muchas comunidades en Puebla no están registradas en el catálogo oficial de pueblos indígenas, lo que les impide recibir recursos como el FAISPIAM. Para él, este filtro administrativo contradice el principio de autoadscripción reconocido en la Constitución.

“Ese catálogo es hoy un filtro que niega presupuesto a quienes no aparecen, aunque cumplan con todos los criterios. El derecho a la consulta y a la participación no debería depender de una lista”.

Rafael Bringas Marrero, profesor indígena nahuahablante
Rafael Bringas Marrero, profesor indígena nahuahablante

Discriminación lingüistica aún presente en Puebla

 Finalmente Bringas Marrero llevó la discusión al terreno personal para ilustrar cómo la discriminación lingüística y cultural sigue presente en Puebla. Explicó que su infancia transcurrió en una comunidad donde el náhuatl era la lengua de uso cotidiano, y relató cómo tanto en la escuela como en la iglesia se intentó erradicar sus creencias y su idioma.

Recordó que de niño, cuando pastoreaba chivos, encontraba figuras de barro llamadas xantiles, consideradas por su comunidad como amuletos de buena suerte. Sin embargo, al llevarlos a la escuela o el catecismo, los maestros y sacerdotes los decomisaban y los tiraban a la fosa séptica, tildándolos de “cosas del demonio”.

“Nuestras creencias fueron demonizadas, primero por la iglesia y después por el Estado”

En su intervención, Bringas planteó que todo indígena debería desarrollar tres niveles de conciencia para fortalecer su identidad y defender sus derechos:

  • Conciencia histórica: entender que son producto de largos procesos marcados por la conquista y sus consecuencias.

    Conciencia lingüística: valorar la estructura propia de la lengua materna y entender que dificultades para pronunciar ciertos sonidos en español no son falta de capacidad, sino diferencias fonológicas.

  • Conciencia étnica: reconocer la identidad del pueblo de origen y su herencia cultural.

  • Al compartir su experiencia como migrante a la ciudad de Tehuacán, Bringas recordó cómo él y otras infancias indígenas fueron objeto de burlas y apodos por no hablar bien español. Señaló que esas heridas de infancia dejan huella, y que persiste la creencia de que un indígena “no puede hablar bien” el idioma nacional.