Adiós a las aulas

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Prácticamente todas las escuelas y universidades del país siguen enseñando a distancia. Los niños y jóvenes mexicanos mantienen sus respectivos planes de estudio a través de Internet principalmente, trabajando en casa, igual que sus maestros.

El sistema de impartición de educación cambió radicalmente a raíz del Covid-19. La educación en línea ya había estado cobrando fuerza desde hace algunos años, pero ahora estamos viendo que el coronavirus ha forzado a todos los alumnos a abandonar las aulas. Y quizá para siempre en algunos casos.

En fechas recientes ha habido especialmente un crecimiento significativo en los cursos en línea en plataformas como LinkedIn, en cursos abiertos masivos en línea (MOOC) y en cursos simultáneos masivos en línea (SMOC).

Y es muy probable que todos estos cursos crezcan y que muchas escuelas y universidades que por años impartieron sus materias en recintos físicos, adopten esta nueva modalidad en el futuro, y muchos de sus alumnos. En pocas palabras, estamos viendo la llegada de una nueva educación en México, sobre todo a nivel superior.

Las ventajas están a favor, ya que las herramientas de aprendizaje que tiene la gente hoy en día son más efectivas. Las computadoras son más rápidas ahora, y los teléfonos inteligentes son aún “más inteligentes”.

Es probable que la experiencia de educación en línea como respuesta a la pandemia de Covid-19, demuestre que es posible proporcionar una educación efectiva y de calidad, incluso al aumentar drásticamente el número de estudiantes.

Seguramente las universidades más grandes y más conocidas (el Tec de Monterrey, la Ibero, la UNAM) decidirán aumentar la cantidad de estudiantes que atienden en línea, lo que podría reducir los costos y —eventualmente— las colegiaturas.

La capacidad de servir a más personas a un precio bajo y crear competencia podría romper el gremio de la educación superior en México, proporcionando un beneficio social donde más mexicanos podrían obtener una educación más significativa bajo una mayor demanda.

Muchos padres de familia que son sostén de sus hijos y aquellos alumnos que trabajan y pagan sus estudios, pronto se darán cuenta de que pueden obtener una buena calidad de educación de forma remota, sólo asistiendo a clases en línea. Y podría aumentar el número de estudiantes, al abaratarse los precios de colegiatura y contar con más opciones de aprendizaje de alto nivel.

En Texas ya están apostando a que la mayor parte de la población tenga un título de educación superior. En nuestro vecino estado norteamericano existe una iniciativa conocida como “60 Por 30”, cuyo objetivo es que el 60 por ciento de los texanos de 25 a 34 años completen algún nivel de educación superior para el año 2030. Es un objetivo ambicioso, pero es crítico para la próxima fase económica de crecimiento en Texas.

Por lo pronto, muchas universidades y escuelas técnicas en México ya se dieron cuenta de que la impartición de la educación a partir de ahora será diferente. Ojalá que nuestro gobierno, las fundaciones y la iniciativa privada estimulen financieramente estas iniciativas hacia la educación en línea, un sistema de enseñanza que ya llegó para quedarse.

 

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