Tres meses y… ¿Bye?

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Exactamente dentro de tres meses Donald Trump podría perder las elecciones presidenciales en nuestro vecino país del norte. Será el 3 de noviembre, ya alrededor de las 11 de la noche hora de México, cuando sabremos si el actual y polémico mandatario republicano tendrá que decir adiós a la oficina oval en enero del 2021 y entregar el poder.

¿Quién les está ganando en las encuestas? Nada menos que su contrincante demócrata Joe Biden que en algunos estados, como Michigan, le lleva ventaja de 12 puntos mientras que en Texas (estado republicano) le gana por cinco puntos.

Por supuesto nada es seguro durante estos tres meses. El mismo Trump ha sugerido posponer la fecha electoral. Hay que dar por seguro que recurrirá a cualquier tipo de estrategia (limpia o no limpia) para afianzarse en la Presidencia y así poder concretizar su más ansiado sueño: terminar de construir el muro fronterizo (The Wall) con México.

¿Qué es lo que ha debilitado al actual jefe de Gobierno de la Casa Blanca? Sin duda estos casi cuatro años de enfrentamiento con diversos grupos de interés (incluso con miembros de su Partido Republicano). Pero también le han afectado en su imagen sus desplantes xenofóbicos, racistas y hasta cierto punto denigrantes contra diversas comunidades, incluido el sector hispano que muchos consideran como el voto “decisivo” a la hora de las urnas.

Quizá es por eso que, para ganarse a los “hispanics”, Trump decidió coquetear con nuestro presidente mexicano y lo invitó a “socializar” (muchos dicen hacer campaña) en Estados Unidos en donde existe un amplio sector de simpatizantes morenistas que son ciudadanos con poder de voto.

Algunos analistas políticos se han atrevido a señalar que el manejo de la epidemia le costará a Trump las elecciones de noviembre. Dicho país rápidamente se convirtió en el de mayor número de contagios y muertes con más de 150 mil decesos.

La falta de una política interna congruente y la aplicación de tardías medidas de salud para frenar el avance del Covid-19 fueron parte del problema que lo ha llevado a una baja en encuestas y preferencias populares. Todavía permanecen frescos los polémicos discursos en donde desacreditaba los riesgos y se burlaba prácticamente de las medidas de protección.

Ahora ha tenido que modificar su mensaje y Trump busca mostrarse como un mandatario preocupado por la salud de su pueblo y responsable ante lo que está ocurriendo. El 13 de julio, y después de renegar de su utilización incluso en actos públicos, tuvo que sacarse una foto con cubre-bocas, una medida para muchos ya muy tardía.

Y para complicar más las cosas, dentro de su equipo de campaña no parece existir coordinación y liderazgo. Apenas hace dos semanas tuvo que hacer relevo de comando: cambió a Brad Parscale por Bill Stefien en la jefatura máxima.

Todo esto ha sido aprovechado al máximo por Joe (“Pepe”) Biden, un candidato sin duda más inteligente, negociador y estadista. De seguir con sus torpezas Trump le dejará sin duda en bandeja la Presidencia y el proyecto del muro se vendría abajo.

 

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