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El lunes 24 de agosto no habrá “caminito a la escuela” como siempre. Ahora será “caminito a la televisión”…

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El lunes 24 de agosto no habrá “caminito a la escuela” como siempre. Ahora será “caminito a la televisión”…

Y es que poco más de 30 millones de alumnos en edad escolar regresarán (o se pretende que así sea) a sus estudios habituales en “modalidad pantalla” con clases impartidas por Multimedios, TV Azteca, Imagen Televisión y Televisa.

El proyecto, anunciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador el pasado lunes, también se realizará a través de casi 40 radiodifusoras. Se transmitirán en promedio 4 mil 500 programas de televisión y 640 de radio en por lo menos 20 lenguas indígenas incluyendo desde nivel Primaria hasta Preparatoria.

En teoría, la idea de educación por TV Abierta luce interesante, aunque no innovadora. En realidad busca rescatar el ciclo escolar de este año cuyo resultado ha sido malo en medio de una crisis desatada por la Pandemia.

Sin embargo, para muchos en la práctica la idea no luce muy promisoria por diversos factores. En primer lugar, las nuevas generaciones están acostumbradas a una dinámica más participativa y la parte de interacción social (colaborar físicamente con sus compañeros) juega hoy un rol muy importante. Canalizar este tipo de educación por una sola vía se volverá una actividad rutinaria y monótona.

En segundo lugar siempre está la tentación de “cambiar de canal” y sintonizar otro tipo de contenido, probablemente de entretenimiento infantil o juvenil. Tener el control remoto al alcance es un “peligro” lo cual, ante la distracción o falta de supervisión de los padres puede convertirse en una práctica habitual durante las clases.

Es de entenderse que esta proyecto responde a una realidad que se dejó ver en los primeros meses de la Pandemia: que no todas las familias en México tienen computadoras y el programa Internet para Todos se ha quedado a medias. El proyecto de la educación digital se estancó a mitad de camino, ni siquiera se ha acercado a la “última mlla” como se dice en el argot de las telecomunicaciones.

Y en un análisis más profundo podemos colgar también el tema de que los problemas de la educación en México son históricos: la falta de capacitación de maestros, corrupción administrativa, desvío de fondos y equipo y los temidos sindicatos del magisterio.

Paralelo a este escenario, las escuelas privadas mexicanas también regresarán a clases pero en modalidad de enseñanza en línea e interactiva. El reto no es nada fácil tampoco, ya que una educación a este nivel de edad encara los mismos desafíos de atrapar y retener la atención de los alumnos y, en última instancia, buscar un aprendizaje mediante métodos que anulan la interacción física maestro-alumno y alumno-alumno, un componente humano esencial para una educación completa, aunque muchos lo descarten.

Ganas no faltan de parte de los maestros y directivos de escuelas. Pero muchos padres de familia, sobre todos aquellos que tendrán que sintonizar la TV para sus hijos, dudan de la eficacia de esta nueva modalidad de educación de una sola vía a través de TV Abierta. Esperemos que para enero del 2021 haya quedado solo como un experimento de emergencia y la mayoría de los alumnos pueda retornar a las aulas físicas.

 

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