Horizontes
Por Tere Mora Guillén
Desde antes se sabía que fracasaría la consulta sobre castigar o no hechos del pasado, y es que la Cuarta Transformación cada día tiene más desencanto entre los mexicanos. Pocos acudieron al llamado de AMLO para acudir a las urnas, una votación que requirió de 522 millones de pesos y abrió un nuevo frente entre las autoridades electorales y representantes de Morena. El primer ejercicio de democracia participativa en el país tuvo una afluencia de entre 7.07 y 7.74 por ciento de los 93.6 millones de electores convocados, esto es alrededor de 7 millones de ciudadanos. Lo cierto es que el ejercicio representó un gran despilfarro y un fracaso que caro habrá de resultar. ¿Porqué el afán de hacer ejercicios inútiles, cuando lo que se erogó podría repartirse entre los pueblos marginados de nuestro México, en donde hay grandes atrasos, y cientos de niños mueren de hambre? Uno en estos tiempos reflexiona sobre cuestiones que indignan ¿cómo el presidente López Obrador despilfarra recursos en enviar ayuda a Cuba, en vez de mirar al pueblo que le otorgó su voto en el 2018? Con todo respeto para los habitantes de La Habana, si alguien siente aprecio hacia ellos es una servidora, sin embargo las circunstancias obligan a mirar y solucionar los problemas internos, antes de quedar bien con otras naciones. Sabido es lo cara que esta la vida, el pesar de los padres de niños con cáncer debido a la escasez de medicamentos para realizar las quimioterapias en México, y lo indignante que resulta que el presidente haga oídos sordos y soslaye los múltiples problemas que enfrentamos los mexicanos. Y ya ni hablar de la inseguridad, cuando el país es un polvorín que pende de un hilo, porque los delincuentes se burlan de la población, y ni qué decir de las propias autoridades. Nuestro México hoy carece de paz social, y hay diversos estallamientos desde en Guanajuato y Veracruz; hasta en Morelos y Tamaulipas. El colmo es que líderes morenistas han acusado boicot y contra campaña de consejeros; el INE no determinó ni los fondos ni las reglas sino el Congreso, donde el partido en el poder es mayoría. Que fácil resulta culpar a otros de nuestras acciones, responsabilidades, y errores; cuando lo mejor es asumir y corregir nuestras fallas. ¿Qué cuentas entregará el presidente al término de su mandato? ¿Cómo responderá AMLO a los mexicanos que en él confiaron? ¿Está a gusto acaso de vivir en Palacio Nacional y saber que México se resquebraja a pasos agigantados? Diría que el buen juez por su casa empieza, y antes de juzgar a los ex presidentes, AMLO debiera seriamente analizar su comportamiento, sus acciones y su gobierno. |
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