Estamos bajo ataque

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Una de las preguntas que todavía hacemos a amigos y familiares suele ser: ¿Qué estabas haciendo el 11 de septiembre de 2001, justo cuando las Torres Gemelas se desplomaron?

Hoy, 20 años después, esta interrogante no solo sigue vigente, sino muchas más persisten en relación a lo que realmente ocurrió esa mañana en el corazón de Manhattan, en Nueva York.

¿Qué ha pasado con la investigación de los detenidos por el ataque? ¿Por qué no se ha mantenido su juicio? ¿Qué contienen de fondo los datos que aún tiene sin difundir el gobierno de Estados Unidos sobre este atentado, el mayor que ha padecido ese país desde el ataque japonés a Pearl Harbor en 1941?

Apenas hace unos días atrás el presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva exigiendo la revisión, desclasificación y divulgación de documentos secretos relacionados con el ataque terrorista adjudicado a Osama Bin Laden y Al-Qaeda. Esta orden deberá ejecutarse y mostrar resultados en los próximos seis meses.

"Cuando me postulé para presidente, me comprometí a garantizar la transparencia con respecto a la desclasificación de documentos sobre los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001", dijo Biden a principios de este mes.

 "A medida que nos acercamos al vigésimo aniversario de ese trágico día, estoy honrando ese compromiso", agregó.

La petición presidencial acontece en un “timing” o momento especial. No solo se conmemora este fin de semana el ataque de hace dos décadas, sino también se da en una época en que el mundo está hoy más preparado para exigir mayor veracidad, una era en donde hoy las redes sociales y el Internet abonan a la transparencia y autenticidad.

Pero también mayor tecnología y espacios de comunicación impulsan la especulación. Veinte años después crecen las teorías de conspiración que buscan explicar lo acontecido.

Una de ellas se concentra en otros posibles responsables del ataque y se culpa a otros gobiernos como Arabia Saudita. Se señala a personajes de entonces, como el presidente George W Bush, como parte del misterio. Otra teoría se enfoca en que el gobierno norteamericano estuvo detrás de la caída de las torres gemelas y afirma que Washington sabía del secuestro de las aeronaves, pero optó por no intervenir.

Y una más, muy popular en foros conspiratorios, se basa en que se plantaron explosivos dentro del edificio y que todo fue una demolición controlada, es decir, el impacto de las aeronaves y la gasolina que cargaban no pudieron ser tan determinantes para ocasionar el desplome de ambos rascacielos.

Pasan los años y el secretismo sobre los documentos y la negativa a desclasificarlos hace creer a la mayoría de las personas que el gobierno norteamericano esconde pistas clave sobre culpables y que seguirá evadiendo dar a conocer los nombres de los verdaderos responsables.

Para muchos no solo sigue congelada en la mente esa imagen de las torres cayendo de golpe, sino también una toma casi simultánea divulgada en la TV del presidente George W. Bush —sentado en una silla de un kinder en Florida— sin inmutarse cuando un asistente le murmura al oído “Chief, estamos bajo ataque en Nueva York”. Y él continúa como si nada conviviendo con los pequeñines…

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