Tras el “American Dream”

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Gran polémica sigue generando la imagen divulgada esta semana de un agente de la “migra” norteamericana que monta a caballo y aparece persiguiendo y sujetando de la camisa a un refugiado haitiano en el sur de Texas.

“¡Le dio latigazos!”, denunciaron diversos medios de comunicación y usuarios en las redes sociales. Y es que una de las correas del equino, manipuladas por el agente, parece cumplir la función de látigo aunque aparentemente no había intención de agresión.

Por lo pronto las caballadas persecutorias fueron suspendidas. Y mientras en México y Estados Unidos nos preguntamos los ciudadanos: ¿Cómo fue que escaló esta crisis migratoria haitiana y se salió de control?

Para muchos causa especial sospecha que miles de haitianos se aparecieron “de repente” para cruzar el Río Bravo desde Ciudad Acuña a Del Río. Lo visto en Coahuila y Texas contempla ser la más reciente manifestación de una tendencia de éxodo que ya se estaba cocinando desde hace meses y que el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador estaba al tanto.

El cruce fronterizo por Chiapas en el sur está en su punto más alto en 20 años. Los haitianos constituyen una comunidad que forma parte cada vez mayor del fenómeno de migración en las Américas que ha visto un incremento masivo en los últimos meses. Desde octubre del año pasado hasta agosto cerca de 28 mil haitianos fueron arrestados mientras intentaban cruzar la frontera desde México.

Haití es hoy lamentablemente un país con problemas políticos, económicos y humanitarios. Su presidente Jovenel Moïse fue asesinado el 7 de julio y esa nación sufrió  además un gran terremoto el 14 de agosto pasado. Esto, aunado a diversas crisis durante  todo este siglo, ha causado salidas masivas cíclicas de sus ciudadanos.

Muchos migrantes de ese país se refugiaron un tiempo en Brasil y Chile, pero decidieron viajar a Estados Unidos este verano. Mediante comunicación vía mensajería instantánea, han logrado organizar caravanas y encontrarse en el camino para viajar de manera integrada y con buena logística de transportación. 

Es comprensible entender que estos migrantes huyen de los impactos económicos en sus países y van detrás del llamado “American Dream”, que desean integrarse a la economía norteamericana en auge y muy seguros de que encontrarán una mejor vida para ellos y sus hijos.

Sin embargo, tal parece que ni el gobierno del Presidente Joe Biden anticipaba una escalada de este éxodo. La respuesta ha sido improvisada, desorganizada, tanto que el gobernador de Texas y la Casa Blanca han tenido diferentes perspectivas de abordar la crisis.

En lo que respecta a México, nuestro Gobierno debe aprender una nueva lección sobre cómo manejar de aquí en adelante el asunto migratorio. Muchas de sus políticas y acciones ya resultan obsoletas y son rebasadas por caravanas como éstas.  

Y algo tendrán que hacer nuestras autoridades en el corto plazo una vez que la mayoría de los haitianos ha decidido quedarse en el norte de México, temerosos de ser deportados a su país, invadiendo ciudades como Monterrey en donde ya no hay capacidad suficiente para darles albergue.

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