Regalo Navideño

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¿Escucharemos próximamente la buena noticia de que el 21 de noviembre se abrirá finalmente la frontera entre México y Estados Unidos? ¿O se adelantará Santa Clós este mismo mes de octubre y lo hará el próximo día 20?

Todo depende del dictamen de salud que emita en los próximos días el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), el organismo federal autorizado para dar el visto bueno final.

La frontera México-Estados Unidos cumplirá en octubre 19 meses de permanecer cerrada debido al coronavirus. Durante el verano pasado se planteó la posibilidad de una apertura luego de que el departamento de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) anunció que ya era posible pagar por adelantado a través de internet los seis dólares que cuesta el permiso I-94. Esta es la cuota que se les pide a los extranjeros que viajan por tierra y que piensan adentrarse más allá de la franja fronteriza (25 millas) del vecino país o permanecer por un tiempo de hasta seis meses.

Sin embargo, en el escenario de América del Norte apareció una nueva amenaza en julio: la variante Delta del Covid. Este fue el factor determinante para frenar la apertura entonces, junto con la tercera ola de contagios que vino a complicar la situación.

Ante este escenario, el gobierno de Joe Biden pidió más vacunación en México, particularmente en los municipios de la frontera. El objetivo era buscar igualar en ambos lados los niveles de protección contra el Covid.

Al cierre de septiembre más de cuatro millones de dosis ya han sido aplicadas en la franja norte del país, un esfuerzo de tres meses. Es decir, en términos prácticos, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador, “nos permite que ya se abra por completo la frontera”.

Sin embargo, Estados Unidos ha guardado silencio. Con pase automático, el 20 de septiembre pasado volvió a renovar el aviso de mantener cerrado el acceso terrestre. Es más, hace unos días anunció que a partir de noviembre se pedirá prueba de vacunación a los viajeros que lleguen a su territorio por avión.

Dos posibles escenarios lucen en el horizonte inmediato. Sería de esperarse que Estados Unidos abriera primero sus fronteras como prueba con Canadá, país que también se encuentra en una situación similar a México y aguarda impacientemente también la autorización (de hecho Canadá decidió hace unas semanas permitir el acceso de norteamericanos vacunados a su país por auto).

¿Le darán el visto bueno a Canadá este mes? De cumplirse esto se plantearía un segundo escenario posible: dar el banderazo para abrir las garitas migratorias a los mexicanos el 21 de noviembre, justo la semana de Acción de Gracias (Thanksgiving) y del tradicional Viernes Negro (Black Friday). Todo un regalazo navideño.

Estos días serán determinantes y deberemos estar atentos a los comunicados y las noticias que se emitan sobre el control de la variante Delta, de las cifras de vacunación alcanzadas y de las condiciones de salud propicias (baja hospitalización y contagios) en ambos lados de la frontera.

No solo los mexicanos anhelan cruzar ya la frontera a pie y en auto. Los comercios “del otro lado” aguardan pacientemente a compradores de nuestro país que les alegren la temporada decembrina, ya que lo que menos desean es “brincar otro año” sin saludar a los shoppers mexicanos…

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