¿Más partidos, para qué?

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Los procesos electorales en México generan, antes de realizarse, nuevos partidos políticos y después de efectuados, la desaparición de esos u otros más. 

Partidos van y partidos vienen en la historia sexenal de México y solamente tres de ellos han conseguido en 82 años ganar la Presidencia de la República. 

Eso sí, muchos lo han intentado, cuando menos, una cincuenta de partidos políticos han recibido registro y a la fecha sobreviven los dos más longevos, el PAN y el PRI que ha sufrido en ese lapso tres cambios de nombre. El tercero PRD, arrastra la cobija en sus 32 años de existencia. 

MORENA es un fenómeno que con solamente cuatro años de vigencia conquistó la Presidencia de la República y gobierna en ese mismo lapso más de 15 entidades federativas del país. 

El PAN tardó 50 años en ganar su primea elección estatal y el PRD lo hizo más rápidamente en menos de una década. 

Movimiento Ciudadano que ha pasado por tres mutaciones (Convergencia, Convergencia por la Democracia y MC) consiguió en una docena de años su primero gobierno estatal. 

Del PRI ni decimos, ya que estaba en el poder cuando se iniciaron los sexenios y así se sostuvo por 60 años sin perder ni siquiera una entidad federativa. 

Una situación rara fue la del PES que postuló a uno de sus militantes y ganó con los votos  la fuerza e otros partidos su primer gobierno estatal en cuatro años. 

Los demás partidos, simplemente, aparecen y desparecen, con gran rapidez, sin dejar huella y pasan al terreno del olvido. 

Hace un par de días, tres partidos recibieron su refrendo de negativa a continuar participando como tales, ya que no penetran en el ánimo ciudadano y fueron rechazados en las urnas, uno de ellos (PES) por segunda ocasión consecutiva. 

Su sentido de continuar vigentes los llevó a usar una serie de triquiñuelas para mantener los recursos que les otorga el gobierno federal a aquellos organismos políticos que alcanzan la raquítica cantidad del tres por ciento del total de votos sufragados y, finalmente, el Tribunal Electoral, les reitero que no. 

No conforme con ello, ahora anuncian los tres partidos que se constituirán en una solo para continuar participando en política. 

Fuerza por México, Redes Sociales Progresistas y Encuentro Solidario (antes Encuentro Social), fueron constituidos para formar parte del apéndice de MORENA, a que se trató de partidos políticos formados al vapor, cercanos a algunos miembros prominentes del actual gobierno, con miras a las candidaturas presidenciales de tres años más tarde. 

Fracasaron en su intentona y hasta fueron señalados por quedarse con los recursos que le derivó el erario para sus campañas políticas. 

El ejemplo más grave fue el de Fuerza por México, donde el INE les exigió regresar 34 millones de pesos que no fueron comprobados en su uso y muchos de sus candidatos y proveedores se quejaron del uso de los recursos que no les llegó nunca. 

Es cierto que algunos de estos pequeños partidos hoy excluidos ganaron pequeños municipios en el país y hoy los gobiernan, pero eso no garantiza su permanencia, ya que ni siquiera con ello pudieron alcanzar el registro del tres por ciento, necesario para su registro. 

Cada proceso electoral sucede lo mismo partidos que reciben sus registros u otros que ya lo tienen, lo pierden, simplemente porque nunca encajaron en la mente del electorado y este les da la espalda una y otra vez. 

Con tan solo el tres por ciento del total de los votos de un universo de 90 millones de ciudadanos empadronados, los partidos deben actuar para mantener el registro, aunque algunos de ellos apenas rebasan el mínimo, para seguir actuando políticamente y teniendo derecho al dinero público. 

En la actualidad hay siete partidos que sobrevivieron el corte del pasado 6 de junio y se encuentran listos para la competencia del 2024. Hay de derecha, izquierda, socialdemócratas, centro y hasta camuflados (Verde) que una vez están a la derecha, otras al centro y en las últimas a la izquierda. 

Varios de ellos sobreviven por las alianzas con los partidos fuertes y así vienen arrastrando durante lustros, aunque uno de ellos logró emanciparse y ahora se presenta como opción. Entonces para qué se requiere nuevas opciones políticas y de que sirven esos organismos políticos que simplemente se van con los fuertes para proteger su registro y tener más dinero público, con sus porciones de diputados, senadores y alcaldes que les son repartidos. 

Los ejemplos están a la vista y partidos como los que perdieron el registro en esta ocasión y algunos del pasado no tienen justificación de volver a intentar su participación política, ya que no aportan nada a la democracia. 

 

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