Morena… ¿se “desmorona”?

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Todavía no cerraba el año 2021 y en los cafés políticos de todo el país ya se comentaba y anticipaba una realidad que nos tocará atestiguar con más claridad este año que iniciamos: la ruptura oficial y cada vez más pronunciada en el interior del partido Morena. Y el “chapulineo” que se dejará venir.

Fue Maki Ortiz Domínguez —ex-alcaldesa de Reynosa— quien en diciembre puso en evidencia asomos de insatisfacción y quebranto que se harán más evidentes entre los miembros y simpatizantes de Morena. 

Apenas habían pasado solo unos días de la nominación ya cocinada del senador Américo Villarreal para lanzarse este año a la candidatura de Tamaulipas cuando Maki, quien también contendía en la elección interna, decidió protestar.

Dijo que el proceso interno para elegir al candidato a la gubernatura de ese estado en las elecciones del 2022 fue “una simulación” y que decidió impugnar con una buena justificación.  

“Aclaro que decidí impugnar por dignidad. A este movimiento muchos venimos de otros lados y unas de las cualidades como la inclusión, la libertad de opinión y de poder disentir fueron lo que nos trajeron a Morena”, comunicó Maki en las redes sociales.

¿Hará “chapulineo” esta dama? ¿Irá a contender por la gubernatura por Movimiento Ciudadano o se lanzará de manera independiente? Es una pregunta que muchos analistas se hacen hoy en día.

Lo visible hasta ahora es que este 2022 se anticipa como un “año de ruptura” y de movimientos sísmicos poderosos no solo en Morena, sino también dentro del equipo de gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

La acentuación de esta crisis se reflejará, sin duda, en el ánimo y capacidad de acción política del presidente. Parte de la crisis se observa en la cantidad impresionante de cambios y movimientos internos en el Gabinete (Hacienda es de las secretarías con más actividad) y el descontrol que tiene entre los colaboradores más cercanos que recurren a todo tipo de política sucia para acabar con sus contrincantes.

La pugna interna por la candidatura a la Presidencia de la República será el espacio más “caliente” de disputa que observaremos. El “chapulineo” que se espera en estos próximos meses será solo un avance de una desbandada más pronunciada de morenistas que —inconformes con la metodología de selección interna— se irán por la vía de las candidaturas independientes o irán a tocar las puertas en los partidos de oposición (Movimiento Ciudadano se dará el lujo de aceptar y rechazar a placer a diversos morenistas).

¿Qué tan responsable de esta crisis es el mismo presidente? Muchos comentan que quizá ya es tiempo de que el mandatario deje la obstinación y el rencor que lo han caracterizado.

Curiosamente, hace precisamente un año, decidió distanciarse un tiempo por circunstancias del Covid y muchos vieron en ello una oportunidad para que se “despabilara” de las tareas presidenciales, descansara y tomara aire para regresar con una nueva actitud.

Sin embargo, ha pasado un año desde aquel “break” presidencial y, por el contrario, López Obrador ha acentuado su malestar, el negativismo y fomentado la discordia. Y mientras tanto los mexicanos vemos cómo su partido cada vez se convierte en todo un caldo de disputas internas y las protestas salen a relucir de manera evidente entre la opinión pública.

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