Como pinta “La Niña”

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Tan pronto aparecen en el mundo pronunciadas sequías, devastadores incendios y demás desastres naturales se le atribuye la causa de su ocurrencia al tan discutido Calentamiento Global. Y muchos estudios recientes así lo respaldan.
Sin embargo, lo que estamos padeciendo en nuestro país durante 2022 en este tipo de tragedias tiene que ver con una fuente muy específica de origen: el llamado fenómeno de “La Niña”.
Es un evento natural que aparece en ciertas temporadas y que se manifiesta esencialmente con una pronunciada fluctuación de temperaturas en la parte central y oriental del Pacífico Ecuatorial.
El fenómeno está asociado a cambios atmosféricos. La variación de temperaturas que se da tiene grandes consecuencias en las condiciones climáticas del mundo entero.  
Cuando sucede el fenómeno de "El Niño” la temperatura del Pacífico Tropical tiende a aumentar. Con “La Niña” disminuye.
La alerta ya estaba dada desde el año pasado. La investigadora Christian Domínguez Sarmiento, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, preveía entonces que el arribo de “La Niña” provocaría una sequía como la que ocurrió a inicios del 2021 y que provocó escasez en el sistema de presas del país.
Los daños ya están a la vista. La Comisión Nacional del Agua ha comunicado que a cierre de la última semana de marzo se observó una tendencia preocupante en la disminución de agua en las presas.
Las 210 principales presas en México tienen un almacenamiento total de 72 mil 699 millones de metros cúbicos, un millón 674 menos que lo reportado una semana atrás.
Por su parte, el Servicio Meteorológico Nacional informó que del 1 de octubre de 2021 al 27 de marzo de 2022 ha llovido 20 por ciento menos que el promedio histórico de ese mismo periodo. Esto evidentemente corresponde a las afectaciones comunes que provoca un fenómeno como “La Niña”.
Este evento tiende a producir mucha evaporación, pocas nubes y una radiación solar directa sobre el territorio nacional. No por nada Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas son los estados más afectados, de acuerdo con el Monitor de Sequía de la Conagua.
El panorama para el próximo verano no luce nada optimista. Como dato de interés, algunos meteorólogos confían en que un par de huracanes “nos visiten” en los próximos meses, ya que durante periodos de presencia de “La Niña” éstos tienden a intensificarse. Esto refrescaría un poco las malas noticias.
No esperemos que nuestras autoridades actúen para resolver con eficacia los efectos de este escenario trágico que vivimos en 2022. La magnitud del fenómeno rebasa sus capacidades de acción combativa.
Queda en nuestras manos —los ciudadanos— adoptar mayor conciencia en ahorros de agua y de electricidad, así como en ser más cuidadosos para evitar mayores incendios forestales.
Este tipo de acciones, complementadas con campañas preventivas y educativas que empujen diversos grupos sociales, serán de gran ayuda para iniciar un nuevo proceso de aprendizaje y de cultura cívica colectiva —de solidaridad con la causa— como la que fructificó durante la Pandemia.

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