Los destapes, las renuncias… ¿y la ley?

Morena inició sus precampañas, rumbo a las presidenciales de 2024, violando todas las leyes electorales

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Morena inició sus precampañas, rumbo a las presidenciales de 2024, violando todas las leyes electorales. Y salvo pocos analistas que lo han denunciado, todo mundo lo acepta para no contrariar las decisiones del presidente de México, autor intelectual del teatro de estas precampañas.

            Esta semana, los precandidatos de Morena a la presidencia de México renunciaron a sus cargos, luego de que el partido les indicó las reglas. El primero en renunciar fue el exsecretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón. También renunciaron Adán Augusto López, exsecretario de Gobernación; Claudia Sheinbaum Pardo, exjefa de Gobierno de la Ciudad de México; así como los ahora exsenadores Ricardo Monreal y Manuel Velasco, y los exdiputados federales Gerardo Fernández Noroña y la no invitada Yeidckol Polevnsky. Aunque a ella no la inscribieron en el registro y la “dejaron esperando en una salita”.

Todas las “corcholatas” oficiales se inscribieron, dicen ellos, como candidatos para ser el Coordinador de la Defensa de la Transformación y, así, iniciar las precampañas sin tener en la cabeza otras preocupaciones como gobernar bien, crear empleos, generar buenas leyes para subir los salarios, lograr que baje la inflación, acabar con el crimen organizado, frenar las masacres y los asesinatos, así como construir escuelas, canchas, salas de arte y otras obras necesarias para los mexicanos humildes y trabajadores. No, nada de eso. Porque todo eso ahora estorba cuando el único afán es lograr que México los conozca a través de la publicidad.

            <<La LEGIPE (Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales) dice que en las elecciones presidenciales “las precampañas darán inicio en la tercera semana de noviembre del año previo al de la elección” (Art. 194.1.a), en cambio el Acuerdo de Morena [firmado el domingo 11 de junio por el Consejo Nacional de Morena] señala como plazos de registro de los aspirantes del 12 al 16 de junio, los “recorridos” (es decir, los actos de precampaña) del 19 de junio al 27 de agosto; el levantamiento de las encuestas del 28 de agosto al 3 de septiembre; y la definición de su “coordinación” (es decir, de la precandidatura presidencial) el 6 de septiembre>>, escribió en El Universal el expresidente del INE, Lorenzo Córdova.

            Morena, el PT y el PVEM violan la LEGIPE y, si en este país existiera un poco de decencia en nuestra democracia, de dureza en la oposición y de temor a la aplicación de la ley por los criminales, todos los morenistas que ahora inician precampañas deberán pagar el delito: “la violación a esta disposición se sancionará con la negativa de registro como precandidato”, escribió en su columna de El Financiero el 13 de junio el expresidente del IFE, Luis Carlos Ugalde.

            ¿Les negarán el registro? No lo creo, porque violan la ley con la autorización de la propia ley. Por lo menos Sheinbaum, Ebrard y Adán, desde el 2022 hacen campaña por todo el país con decenas de miles de pintas, espectaculares, entrevistas en la prensa radiofónica, digital y televisiva, actos de campaña en todos los estados y miles de millones de pesos gastados en las redes sociales.

“Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard acumulan casi 200 expedientes de investigación en la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral del Instituto Nacional Electoral (INE), derivado de cientos de quejas y denuncias por presuntos actos anticipados de precampaña y campaña presentados por ciudadanos, legisladores y partidos de oposición. (…) Después de la jornada de revocación, del 10 de abril de 2022, Sheinbaum, Ebrard, Adán Augusto y Monreal pisaron el acelerador: crearon equipos de campaña, nombraron coordinadores a nivel nacional, estatal e incluso municipal; dejaron que su nombre apareciera en bardas y en anuncios espectaculares; contrataron equipos de expertos para posicionarse en redes sociales, y ahora encabezan mítines multitudinarios los fines de semana, utilizando sus cargos públicos para alentar su aspiración presidencial. Las llamadas “corcholatas” de Morena se convirtieron en un dolor de cabeza para la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral del INE (UTCE-INE), autoridad que ha iniciado alrededor de 200 Procedimientos Especiales Sancionadores a partir de más de mil quejas interpuestas por partidos y ciudadanos en contra de las y los presidenciables, por presuntos actos anticipados de precampaña y campaña. Con sus actos proselitistas, han provocado que cada semana se les acuse de violar la Constitución; sin embargo, la autoridad electoral solo ha podido aprobar medidas cautelares en contra de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, el secretario de Relaciones Exteriores, el secretario de Gobernación y el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, consistentes en apercibimientos, ya sea para bajar contenidos de sus redes sociales o para deslindarse de la promoción que “otros” hacen de su figura”, denunció un reportaje de Animal Político, el 14 de abril pasado.

            AMLO les enseñó bien la lección a las “corcholatas”: urge que México los conozca. Él, antes de ganar, se pasó 18 años haciendo campaña y recorriendo el país. ¿Alguien lo sancionó? Nadie. ¿La autoridad le impidió ser candidato? ¡Desde luego que no! Así que las “corcholatas” solo repiten las mismas mañas de López.

            ¿Y con qué dinero harán campaña? “Dará Morena 5 mdp a cada ‘corcholata’ dice Reforma en una nota del 17 de junio que explica: “Al entregar 5 millones de pesos a cada uno de los aspirantes presidenciales de Morena, la dirigencia nacional de ese partido cerró la puerta al financiamiento externo para que las “corcholatas” realicen proselitismo por todo el país. (…) Sin embargo, el Comité Ejecutivo Nacional de Morena reconoce que no habrá forma real de comprobar si los contendientes gastan más del tope establecido”. Todo aquel que haya participado en una campaña electoral, la más pequeña que sea, sabe que 5 millones de pesos no sirven para nada. ¿En verdad se cree que Claudia, Ebrard, Adán y todos los demás se gastarán solo cinco millones de pesos en 70 días de campaña por todo el país? ¿Con eso pagarán los viajes de todo el equipo, la comida, el sonido, el templete, las matracas, los globos y todo lo necesario para hacer, por lo menos, un evento por estado? ¡Claro que no!

            Dice Luis Carlos Ugalde en la misma columna: “La precampaña de Morena evade las reglas de fiscalización del INE, órgano facultado para revisar los ingresos y gastos de todos los precandidatos. El documento dado a conocer el pasado domingo dice que los aspirantes deban “comportarse de manera austera, sin derroche de gastos publicitarios ni propagandísticos”, pero no exige transparencia total a sus candidatos. Pedirles que no gasten de más es irrelevante si no sabemos las fuentes y los gastos ejercidos”. Es decir, cada candidato se gastará lo que quiera y desee. ¿De dónde saldrá el dinero? ¿De la cartera de Adán, de la chequera de Ebrard o de la bolsa de Sheinbaum? Desde luego que no. El dinero saldrá desde las arcas del gobierno de la CDMX, desde la Segob, desde la tesorería de Relaciones Exteriores y de los empresarios con los que cada uno haga acuerdos. Los mexicanos estaremos pagando los carísimos sueños de quienes se ven sentados en Los Pinos a finales de 2024.

            Creo que la encuesta es una completa finta. AMLO ya ha decidido a quien lo sucederá y toda la campaña busca solo ver qué imagen tiene ante el pueblo. Es una farsa de Morena y de López.

            ¿Qué debe hacer el pueblo pobre? No dejarse engañar. Debe entender que la democracia burguesa nunca le será favorable y que la única opción para sacarle algo de ventaja es crear su propio partido político, que logre organizar a decenas de millones de personas y que envíe a las batallas electorales a los hijos del pueblo, que sabrán -con la unidad, la educación, la inteligencia y la organización popular-, resolver los problemas que nos aquejan, como la pobreza, la miseria y la desigualdad. No hay de otra.

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