La disputa es cerrada y se llevan pesado. El senador se encuentra envuelto en el escándalo Bermúdez Requena, del gobernador se empiezan a deslizar expedientes sobre su paso por Fonatur y el Tren Maya.
A inicios de la década de los noventa del pasado siglo, un grupo de priistas molestos con el gobierno de Salvador Neme Castillo conjuró con otro de expriistas para buscar la remoción del gobernador. Lo consiguieron y en ello contribuyó y mucho el propio gobernador. Fue así como en 1992, Andrés Manuel López Obrador obtenía su primera victoria política. Muchos de los priistas aliados se sumaron a su causa, mientras que obreros y campesinos lo hicieron a sus éxodos hacia el Distrito Federal. Hasta entonces el PRI mantenía una fuerza y control en todo el estado que lo hacía sostenerse como el partido con tendencias liberales con supremacía. El arribo de Roberto Madrazo Pintado como gobernador fue polémico, el ya para entonces conocido líder opositor, Andrés Manuel López Obrador, impugnó su triunfo, realizó un plantón en pleno Zócalo capitalino e impidió la entrada de Madrazo Pintado al Palacio de gobierno. Una negociación de los impugnadores con el Presidente Zedillo Ponce de León negoció el relevo de Roberto, pero liderazgos locales arremetieron contra los bloqueadores y las puertas del Palacio de gobierno fueron desalojadas para que ingresara Madrazo Pintado. Ahí se inició la ruptura del priismo y al final del sexenio, muchos priistas apoyaron la candidatura de uno de los renunciantes al PRI, César Raúl Ojeda, cuya candidatura por el PRD creció tanto que obligó a la nulidad de los comicios para gobernador. En esa elección, Adán Augusto López fue el coordinador de campaña del priista Manuel Andrade Díaz y Jaime Lastra Bastar y Hernán Bermúdez Requena jugaban en el bando priista. La reposición de los comicios, convirtiéndolos en extraordinarios, fue una magnífica ocasión para que Adán Augusto buscara ser el gobernador interino por un año, aunque el veto de Roberto Madrazo Pintado vetó esa oportunidad. Para entonces los priistas se encontraban ya en plena ebullición para irse a otros partidos y Pedro Jiménez León y Gustavo Rosario, cabezas de la insurrección de enero del 2001 que desplazó a los perredistas, seguidos por muchos militantes del tricolor, se fueron a la oposición, en la que ya se encontraban Mayans, Chelalo Beltrán, César Raúl Ojeda, Rodríguez Prats y otros más. Hoy Tabasco vive una situación similar. Dos liderazgos, el del gobernador Javier May Rodríguez y el de Adán Augusto López Hernández, se disputan el control político, en una lucha de poder a poder. Los de May Rodríguez son casi todos formados en la izquierda, los de Adán Augusto, como él, provienen del PRI. ¿Será que el expresidente López Obrador llame a la concordia o la Presidenta Claudia Sheinbaum tome una determinación? |
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de El Popular, periodismo con causa. |