Vecinas, vecinos, finalmente en la dirigencia de Movimiento Ciudadano existió congruencia y cordura y, debido a la cantidad de denuncias por exhibir una conducta inapropiada, determinaron que el abogado José Elías Medel Galindo no será recibido para contener por la diputación del distrito local de San Martín Texmelucan.

No hay necesidad de reiterar en las imágenes que se difundieron en redes sociales en las que aparece junto a su hija, que propició el escándalo, pero al menos el equipo de Fernando Morales Martínez no dejó pasar los señalamientos, tomaron cartas en el asunto y ya vetaron ese perfil.

Claro que ese personaje podrá recurrir al Tribunal Electoral del Estado de Puebla si quisiera insistir en su registro, solo que antes debe explicar en serio, si puede, el trato que otorga a una menor.

Por lo pronto la gente de la región de Texmelucan no enfrentará la pena de verlo en las boletas y por lo que se conoce, nadie creería que obtenga la razón en instancias jurisdiccionales.

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Quien se encuentra en un auténtico dilema político y, por supuesto ético, es Eloísa Vivanco Esquide, presidenta de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena, con el caso del precandidato al gobierno de Guerrero, Félix Salgado Macedonio. Primero, porque está aprueba su visión feminista y tendrá que tomar una posición clara en la resolución que definirá si el polémico perfil va o no como candidato, más allá de lo que opine el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Es cierto, no será una decisión unilateral de la presidenta de esa Comisión, pero sin duda su desempeño quedará marcado por lo que finalmente definan internamente.

Es un reto enorme que sin duda puede implicar el rumbo de la campaña en Guerrero y en muchas otras partes del país en donde hay denuncias de violencia contra las mujeres.

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El exregidor, Carlos Ibáñez Alcocer, y el otrora director del Conalep, Pedro Gutiérrez Varela, se lanzaron ayer a la Fiscalía General del Estado para denunciar por un presunto hecho de corrupción al virtual candidato del PAN a la presidencia municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez. El único motivo, dicen, es sacar su ira porque no lograron tirar la designación.

Lo curioso es que durante las últimas semanas ambos, y principalmente Gutiérrez, se empeñaron en acusar una supuesta relación entre Rivera y el gobernador Miguel Barbosa Huerta, lo que según sus dichos restaba independencia y crítica a su partido político y, además, representaba traición al blanquiazul. Así el fuego amigo, comienza...

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Cuentan que en el Congreso local ya hay planes para impugnar la resolución de la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y en la Sala Superior obliguen a legisladores y presidentes municipales que buscan reelegirse, que renuncien a sus cargos. Hay que esperar.

Vecinas, vecinos, nos leemos mañana.