El espectáculo de las campañas se librará en las vocerías

¡Ayayay, vecinos y vecinas!

Los juegos de la política, o como muchos dicharacheros le llaman, “los juegos del hambre” ya empezaron desde hace mucho en Puebla.

Luego de la presentación de sus respectivos equipos de vocería, enfocados en el estado unos y en el municipio otros (porque prioridades son prioridades y porque si las matemáticas no fallan la capital en la posición que la coalición Mejor Rumbo para Puebla puede llegar a ganar, toda vez que el estado se ve muy pero muy complicado), pues vinieron las sorpresas, las descalificaciones, los lamentos y hasta las risas.

Fíjense ustedes que los morenistas se metieron en camisa de once varas al presentar a los voceros de la campaña estatal, donde el ánimo de pluralidad terminó por sacrificar la lealtad a las bases y al obradorismo, colocando a Paola Migoya Velázquez como vocera, la misma Paola que en su momento criticó duramente, incluso hasta con ánimo ofensivo, al líder de la cuatroté, el más ganso de los gansos, Andrés Manuel López Obrador, y por si fuera poco se confesó de derecha, católica y antimorena.

¿De qué hablamos cuando hablamos de coherencia en política?

Pero no teman, paladines de la cuatroté, soldados del obradorismo, que la misma Paola se bajó a las horas y renunció a la vocería para no causar encono.

¡Ora!

Los vecinos chismosos dicen que en Morena Nacional se fueron para atrás y fueron los que llamaron para pedir explicaciones sobre el nombramiento.

No, no cayó nada bien.

La presión fue en cascada: diputados, periodistas, afines y hasta uno que otro influencer político.

Así que Paola Migoya hizo un Javier Lozano cuando éste último duró menos de 10 horitas como vocero de Coparmex.

Me ha dicho uno que otro chismoso que luego de la renuncia de Migoya se alista una serie de denuncias a los voceros, de quienes ya están pensando en el equipo armentista qué tanto es lo que suman al proyecto electoral.

Al fin y al cabo, más allá de filias y de fobias, a Morena le interesan los números.

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Oigan, pero eso no es todo.

Ya que mencionamos a Javier Lozano Alarcón, personaje que se aparece como Beatleejuice luego de que se le menciona un par de veces, pues nada más y nada menos que hizo su aparición como vocero de la campaña de Mario Riestra Piña a la alcaldía capitalina.

Así como lo leen.

Uno de los personajes más polémicos y frontales de la política viene una vez más a hacer de las suyas en un proceso electoral, donde ya antes estuvo involucrado con el morenovallismo.

El caso es  que ni tardo ni perezoso Lozano vino a fustigar contra el operador morenovallista Eukid Castañón por manejar los hilos de la campaña de Pepe Chedraui.

Muchos vecinos dicen que ante lo grises de los candidatos el espectáculo se librará en las vocerías.

Y no nos han defraudado.

El circo, la maroma y el teatro han comenzado…

¡Y lo que falta!

*

Resulta que la ya no perseguida Universidad de las Américas Puebla (Udlap), que busca volver por sus fueros luego de lo que vivió durante el mandato de Miguel Barbosa, organiza un foro al que tuvo a bien llamar “Mujeres al poder 2024: Política reinventada”, e invitó como  ponentes a Blanca Alcalá (PRI), Roxana Luna (PRD), Lupita Leal (PAN), Claudia Rivera (Morena) y Martha Tagle (MC).

¿Curioso, no?

Y digo que es curioso porque da la casualidad que la mayoría de ellas, si no es que todas, fueron relegadas por sus propios partidos en el momento de las definiciones, pese a su trayectoria, a la competitividad y a la cuota de género.

Además, al menos dos de ellas, Blanca y Claudia, sufrieron de una andanada desde el poder que atacó su vida personal.

Es conocido lo que en su momento operó Lauro Zavala, preso por estar acusado de autor intelectual del homicidio de Cecilia Monzón, contra Blanca para evitar que llegara como candidata a la gubernatura.

Y de Claudia ni se diga.

Curiosamente muchos de sus violentadores ahora se encuentran buscando posiciones dentro de su propio partido.

Sin duda tendrán difícil hablar de ese “tiempo de mujeres” a nivel federal pero que a nivel local sea solo un discurso sesgado.

Eso sí, de que se va a poner bueno, se va a poner.

*

Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Acuérdense que el que se enoja pierde. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]

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