Más que un ejercicio de dignidad política, el divorcio del PRIAN es una medida desesperada de supervivencia

La antinatural alianza PRI-PAN siempre será cuestionada, pero la pregunta es si Néstor Camarillo era la persona indicada para hacerlo.

¡Ayayay, vecinos y vecinas! 

En el tiempo de la expiación y el mea culpa, los partidos políticos que fueron devastados en la contienda electoral del 2 de junio empiezan a repartir culpas y a asumir, al menos en los dichos, los costos de sus decisiones, buenas o malas.

El maltrecho Partido Revolucionario Institucional (PRI) y su cuestionadísimo líder en Puebla, Néstor Camarillo Medina, dijo sin más ni más que se equivocaron en ir en alianza con el Partido Acción Nacional (PAN), que qué oso haberse tomado de las manos, mirado a los ojos y besarse, que lo único que les dejó esa unión políticamente antinatural fue desprestigio, señalamientos, burlas y pérdida de votos, cerca de 80 mil, según sus floridas palabras y extrañas cuentas.

“Nosotros asumimos el costo de ir en una coalición en la que muchos no estaban de acuerdo, pero por Puebla lo hicimos; no toleraré una crítica a esta alianza. Perdimos aproximadamente 80 mil votos por la coalición”, dijo.

Encabritado, y al son de desmarcarse de la alianza con el PAN, criticó a los candidatos del blanquiazul que, dijo, les daba penita ponerse chalecos y playeras rojas, presumir el matrimonio con los priistas y sentirse revolucionaros e institucionalistas.

“Para aquellos panistas que no les gustó la alianza, se hubieran conseguido otro aliado, aquí hubo panistas con quienes me he estado reuniendo que estuvieron unidos, pero hubo muchos que no quisieron y por eso ese desánimo, ese es el reclamo fuerte, tal como ocurrió con el candidato del distrito 17”, remató Néstor.

¡Zaz! 

El candidato en cuestión es Oswaldo Jiménez López, quien al parecer, según algunos chismosos, decía que le salían ronchas si se ponía el chalequito rojo.

Lo que es increíble es que la estrategia de divorcio del PRIAN se dé en estos momentos cuando su carácter de oposición es más una caricatura que una realidad. 

Avasallados por Morena en gubernatura, Cámara de Diputados y regidurías, el bloque opositor se desdibuja y verá pasar las decisiones del partido dominante frente a sus narices. 

Y ellos sin meter las manos.

Más que un ejercicio de dignidad política, algunos dicen que es una medida desesperada de supervivencia.

El PRI pretende absorber a los pocos perredistas que quedaron sin partido tras la pérdida de registro, y con ello hacerse fuertes, aunque en realidad esa estrategia debilite aún más su credibilidad, pues en lugar de fortalecer sus cuadros una vez más ofrecen el partido como Airbnb para quienes se les ofrezca.

“Mi reconocimiento total para los perredistas y decirles que aquí está el PRI, porque son hombres y mujeres honrados, aquí hay partido”, siguió don Camarillo.

La antinatural alianza PRI-PAN siempre será cuestionada, pero la pregunta es si Néstor Camarillo era la persona indicada para hacerlo, luego de que Acción Nacional le dio la senaduría en primera posición.

No cabe duda que el río está revuelto y los pescadores no saben sacar ganancia.

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Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Acuérdense que el que se enoja pierde. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]

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