En su visita a Puebla Luisa María Alcalde pisará algunos callos y muchos juanetes

¡Vecinos, vecinas! 

Empezaron los fríos y con ellos se andan congelando los sueños políticos de varios personajes en Puebla, mientras que a otros más les ha ayudado a atemperar el ansia de sus enemigos para ponerlos en reposo.

Justo eso es lo que, desde el bloque opositor dentro del Partido Acción Nacional parece haberle funcionado a Edmundo Tlatehui Percino, quien rindió su último informe como alcalde de San Andrés Cholula.

Ya saben, al estilo de todas y todos sus homólogos en sus informes, presumió lo logrado y omitió lo no conseguido.

El evento, con bombo y platillo, sirvió para dejar claras las intenciones del comandante en jefe de la resistencia contra el grupo laloriverista: quiere la dirigencia del blanquiazul.

Durante su informe, frente a la actual dirigente estatal del PAN, Augusta Díaz de Rivera; el diputado Rafael Micalco, la legisladora federal Genoveva Huerta y el presidente municipal de Cuautlancingo, Filomeno Sarmiento, Tlatehui sacó sus credenciales para levantar la mano.

El “aquí estoy”, que sonó al “voy por ustedes”, no cayó del todo bien en el ánimo de doña Augusta, quien sueña con heredar el poder a alguien de su grupo.

Pero el laloriverismo está de capa caída.

Su alfil Adán Domínguez, alcalde de Puebla, parece piñata de tanto zape que le andan metiendo por el tema del mal manejo de las finanzas del ayuntamiento capitalino.

Así, mientras unos sueñan a lo grande, otros se despiden del anhelo de fortalecer su carrera política.

El PAN da, el PAN quita.

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Oigan, pues la visita de Luisa María Alcalde Luján hoy a Puebla, como parte de su gira ya como dirigente nacional de Morena, tiene como objetivo medirle el agua a los tamales y conocer cómo es que se encuentran los consejos estatales del partido guinda.

Se sabe que uno de los encargos que tiene es sanear poco a poco al partido cuatroteísta, hacer corte de caja y sacar a quien tenga que sacar.

Para hacerlo debe conocer el estatus de las dirigencias y el actuar de los dirigentes, sobre todo a los grupos e intereses que representan.

Se sabe, además, que no viene muy contenta por los reportes que ha recibido sobre la dirigencia poblana, donde el barbosismo sigue permeando en el actuar de sus representantes.

A meses de renovar mandos en Morena Puebla, las palabras de Alcalde sobre que el partido es un “movimiento de izquierda, de personas libres surgidas de movimientos sociales” podría ser el rasero con el que venga a medir.

¿Saldrán peluqueados algunos?

De entrada, se ha dicho que el tiempo de Agustín Guerrero Castillo será el suelo de los justos mediante el exilio político. 

También que Olga Romero Garci - Crespo, ya en el gabinete de Alejandro Armenta Mier, deberá responder por algunas decisiones del partido.

Dicen también que Morena quiere ver al futuro, pero su pasado inmediato le estorba. 

Que no importa que tener esos problemas desde el poder es un gozo. 

Que la oposición ve desde el pozo la salud del partido guinda.

Que Luisa María Alcalde ya tiene un equipo, una propuesta y una dirección.

Y que no, que a muchos no les gustará.

Como sea, no cabe duda que la gestión de la exsecretaria de Gobernación al frente de Morena empezará fuerte, pisando algunos callos y muchos juanetes.

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Vecinas, vecinos, nos leemos el lunes. 

Acuérdense que el que se enoja pierde.

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