María Elena Guerrero, la mejor calificada; María Luisa Núñez, la más firme y crítica, y Rosa Isela Sánchez, sin experiencia en la defensa de los derechos humanos

¿Qué proponen, qué coincidencias y diferencias hay en sus exposiciones, qué tanto cumplen con la rúbrica de calificación del propio Congreso?

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¡Vecinas, vecinos!

Esta vez nos pusimos serios y más que chisme les traigo un análisis de las mujeres que compiten para ser la titular de la Comisión de Derechos Humanos (CDH) del estado de Puebla.

Primera vez que la paridad de género se hizo real entre las personas postulantes a presidir y que cumplieron los requisitos.

Son seis mujeres y seis hombres con diversos perfiles quienes contienden. 

Las comparecencias terminaron ayer miércoles 30 de octubre, así que ya podemos tener un panorama completo para contrastar no solo las propuestas sino también los perfiles.

Por ahora sólo voy a detenerme en las de ellas.

¿Qué proponen, qué coincidencias y diferencias hay en sus exposiciones, qué tanto cumplen con la rúbrica de calificación del propio Congreso?

 Los parámetros mediante los cuales los integrantes de Comisión de Derechos Humanos del Congreso debieron evaluar a las postulantes fueron: preparación y experiencia profesional de las personas aspirantes; formación teórica y práctica; conocimiento y proximidad en la materia de derechos humanos; e imparcialidad que ostente pertinencia e idoneidad de su candidatura.

Bajo estos parámetros se llenó una rúbrica de evaluación objetiva de cada aspirante, bajo las siguientes categorías: 

  1. Programa de trabajo, del cual se evaluó específicamente la viabilidad de los objetivos del programa

  2. Retos y efectividad en la implementación del programa, cada criterio con hasta diez puntos. 

  3. Calidad de la exposición oral y respuestas, del cual se evaluó específicamente la claridad y síntesis de exposición oral, con 15 puntos.

  4. Calidad de respuestas a preguntas, con 15 puntos.

  5. Conocimientos en materia de Derechos Humanos, con dos rubros específicos: Manejo de conocimientos sobre Derechos Humanos en el ámbito teórico y práctico, con 15 puntos; y manejo de conocimientos sobre la situación de los Derechos Humanos en el Estado de Puebla, también con 15 puntos. 

  6. Trayectoria, imparcialidad y proximidad con la protección de los Derechos Humanos. Se otorgaron hasta 10 puntos para el rubro experiencia e imparcialidad y otros 10 para proximidad con víctimas y colectivos. 

 Con todo lo anterior, en esta vecindad hicimos un ejercicio de evaluación considerando los criterios de la rúbrica. 

Así, podemos resaltar lo siguiente de cada una de las mujeres que están compitiendo por el cargo, colocándolas en el orden en que comparecieron:

 María Elena Guerrero Flores

Su diagnóstico fue el mejor presentado por las mujeres que comparecieron; sin embargo, su plan de trabajo no concordaba claramente. Aún así, a pesar de haber respondido incompleta la pregunta de la primera urna, cabe destacar su amplísimo conocimiento técnico del tema y su trayectoria como funcionaria de la propia comisión en una etapa de su vida profesional, un currículum consistente con el cargo.

La califico con 87 puntos. 

 Raquel Medel Valencia

La subsecretaria de Gobernación, quien ha sido cuestionada por su gestión por diversas organizaciones de derechos humanos, parecía ser la aspirante cobijada por uno de los grupos en el poder.

Tuvo un plan de trabajo, enfocado en las agendas estratégicas con grupos, destacó la creación de una contraloría social, aunque esa función la debería asumir el consejo consultivo, consejo que además propuso más adelante en su exposición (mostrando así, falta de dominio del funcionamiento de la CDH y sus órganos).

Cabe hacer mención que fue la primera en reconocer a las demás mujeres contendientes.

Calificación: 79 puntos.

 María Luisa Núñez Barojas

Tal vez el perfil más destacado mediáticamente de entre todas las mujeres aspirantes, líder de Voz de los Desaparecidos, una organización civil destacada en nuestro estado.

Su exposición fue tropezada, particularmente en sus respuestas; sin embargo, logró articular una serie de acciones concretas que darían estructura a su plan de trabajo, cabe destacar su posición firme y crítica.

Calificación: 79 puntos. 

 Blanca Laura Ollivier Palacios

La cuestionada jueza habló la mayor parte de su tiempo del diagnóstico que se basó casi exclusivamente en repetir datos de los informes de la CDH; su propuesta se basó en cambios de nombres y la transformación total de la CDH, pero no dio los cómos.

Le pongo 68 puntos.

 Mónica Roldán Reyes

Fue la única que cuando salió de su comparecencia tuvo una reacción ríspida con la prensa que buscaba entrevistarla, pues su relación como abogada en el Triángulo Rojo, rebasó su perfil como experta en derechos humanos. 

Ella misma declaró ante la CDH del Congreso que no quería participar, pero “se lo pidieron las organizaciones”.

Su exposición se basó en denostar a la actual gestión y dos veces cuestionó sobre unos vehículos donados por la CNDH. Es decir, pura grilla que se destacó por sobre su exposición y sus respuestas.

Calificación: 59 puntos. 

 Rosa Isela Sánchez Soya

Se dice que es la favorita del poder, su exposición careció de perspectiva de género, en todo momento hizo mención de la figura “ombudsman” pudiendo resignificarla como “ombusperson”.

Más info, aquí: https://elpopular.mx/opinion/la-vecindad/2024/10/30/gonzalo-juarez-va-contra-trabajadores-basificados-tiempos-de-claudia-rivera

Ahora bien, a diferencia del resto de las contendientes, su diagnóstico se basó en definiciones establecidas y datos oficiales; su plan se basó en la propia estructura que ya mantiene la CDH, aunque sostuvo una mirada crítica sobre la actual gestión, sus respuestas demostraron su experiencia desde la filantropía y el asistencialismo, pero no desde la defensa de los derechos humanos.

Es de las pocas aspirantes que no es cercana al funcionamiento de la CDH ya sea como usuaria o como exfuncionaria. 

Calificación 70 puntos.

*

Pero, ustedes vecinas y vecinos, dígannos con cuál de ellas se quedan y con quién se sentirían más seguros para que los defendiera ante cualquier atropello de sus derechos humanos.

¿Les gustaría un perfil a modo o uno realmente ciudadano que no le temblara la mano ante nada ni ante nadie?

O, ya de plano, son de los que les gusta seguir con lo mismo y prefieren a alguien tan nefasto como el actual “defensor del pueblo” que fue más que nada fungió como un “cobracheques”.

 *

Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. 

Acuérdense que el que se enoja pierde.

 

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