La queja detrás de la carta de Rosario: le cerraron la llave al barbosismo

La rabieta fue para quejarse de que a ella no le dieron la gubernatura como “pudo” haber sido el deseo de su esposo

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¡Saludos, vecinos y vecinas!

¿Cómo andan?

¿Cómo los tratan los fríos, que cada día arrecian y que andan congelando a más de uno?

¡Bueno!

Aunque hay que decir que algunos llevan el calor en la sangre y en las declaraciones, calorcito que se alimenta del rencor y del que hubiera sido.

*

La que ayer prendió el carbón recio fue doña Charito, diputada federal y esposa del fallecido gobernador Miguel Barbosa.

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Así es, vecinos y vecinas.

Justo ayer doña Rosario publicó en sus redes sociales una carta donde tundió de fea forma al gobernador Sergio Salomón Céspedes y a diputados de la anterior y de esta legislatura.

Palabras más, palabras menos, la rabieta fue para quejarse de que a ella no le dieron la gubernatura como “pudo” haber sido el deseo de su esposo, o que hicieran a un lado a su primo Julio Huerta y que hayan hecho movimientos para imponer a Céspedes Peregrina.

Palabras más, palabras menos, dijo que el de don Sergio es un gobierno morenovallista y que traicionó los principios de la Cuarta Transformación instalados por su esposo.

Palabras más, palabras menos, intentó manchar el segundo informe de gobierno a Sergio Salomón.

Palabras, palabras, palabras.

No cabe duda que los nubarrones llegaron a confundir a doña Rosario.

Y es que para nadie es un secreto que el de don Miguel ha sido por mucho el peor gobierno en la época moderna de Puebla, que los quiebres financieros están ahí, aunque tal parece que a nadie le interesa buscar justicia en ese aspecto.

Doña Rosario se equivoca, no al criticar, porque al fin y al cabo estaba en su derecho, sino en ponderar la administración de su esposo como si hubiera sido medianamente buena.

No es así.

Lo que es claro es que el rencor sigue anidando en el primer círculo de los barbosistas, que en esta ocasión se le fueron a la yugular al gobernador Céspedes.

Pero la realidad es que la queja detrás de la carta es clara: ya no hay negocios para el barbosismo.

 

Les cerraron la llave.

 

No fluye el cash.

 

Incluso me han chismeado que más de un medio creado durante el barbosismo anda corto para pagar la nómina.

 

Las cosas como son, y tal, parece que son muy oscuras para lo que queda del barbosismo.

 

Y digo “lo que queda”, porque los aliados de ayer son los “ponededo” de hoy.

 

Personajes políticos que en su tiempo formaron parte de la maquinaria de persecución y de negocios de Miguel Barbosa, ahora lo desconocen y muy orondos critican a la diputada.

 

Mal unos como mal la otra.

 

No cabe duda que el poder envilece y que el deseo de mantenerlo entorpece.

 

Es cuanto.

*

Vecinas, vecinos, nos leemos el lunes. 

 

Acuérdense que el que se enoja pierde.

 

Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]

 

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