La única mención concreta a Puebla fue un comentario perdido entre referencias a su visita al IPN y la entrega de las Tarjetas del Bienestar
¡Ayayay, vecinos y vecinas!
Pues cómo ven que las y los poblanos arrancamos la semana con el ánimo similar al chipi chipi que cayó el fin de semana. Y es que, si Puebla fuera persona, estaría revisando el informe de los primeros 100 días de Claudia Sheinbaum Pardo como quien busca su nombre en la lista de invitados a una fiesta: con ansiedad, esperanza y, al final, decepción.
¿Por qué?
Pues que el estado brilló por su ausencia en el discurso de la presidenta. Y eso que no es como si no tuviera nada que contar. Ahí están los trenes prometidos, las carreteras por ampliar y el agua que no llega. Pero claro, en el Zócalo de la Ciudad de México, allí donde la presidenta dio su informe, Puebla pasó de largo como el ex que intentas ignorar en la reunión familiar. El discurso fue más de 30 minutos, pero la única mención concreta a Puebla fue un comentario perdido entre referencias a su visita al Instituto Politécnico Nacional y la entrega de las Tarjetas del Bienestar.
¿Proyectos?
Nada.
¿Planes?
Tampoco.
Ni tren, ni carreteras, ni siquiera un par de pesos para el agua potable en el presupuesto de 2025.
¡Ni un “ya veremos” para que al menos parezca que estamos en la jugada!
Mientras tanto, otros estados ya están desempolvando sus mapas para planificar ampliaciones de carreteras, proyectos de agua potable e incluso trenes. Todo muy bonito, todo muy bien… pero Puebla está en el banquillo, esperando a que alguien en Palacio Nacional diga: “Ah, sí, ¿y Puebla?”.
¡Ah, pero eso sí! La comitiva de políticos poblanos no faltó al informe, como si con su sola presencia pudieran invocar a Puebla en el discurso. Gobernadores, senadores, diputados, alcaldes… todos fueron, aplaudieron y volvieron, seguramente con cara de póker cuando alguien les preguntó: “¿Y qué dijo la presidenta de Puebla?”. Miren ustedes, vecinas y vecinos, Puebla no necesita promesas vacías ni discursos sin sustancia. Necesita un lugar en la mesa, un pedazo del pastel federal y, si no es mucho pedir, algo más que ser el trasfondo de fotos oficiales en eventos protocolarios.
Así que, presidenta, si nos está leyendo: Puebla sigue aquí. Olvidada, ignorada, pero con mucho por hacer.
¿No sería bonito que en los próximos 100 días nos dé algo más que una mención perdida en un discurso? Solo decimos. * En esta vecindad a nadie hacemos el feo.
Una vecina de nombre Bertha escribió para quejarse de lo que en esta columna se escribió hace unos días sobre los perfiles que suelen contratar en Museos Puebla y salió en defensa de las y los alumnos de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Más info, aquí: En Museos Puebla, despiden a todos los directores de los recintos museístico Doña Bertha asegura que el alumnado de la Máxima Casa de Estudios sí estudia, se esfuerza por aprender y obtener sus calificaciones legalmente, a diferencia de las instituciones privadas como la UDLAP, UPAEP o el Tec de Monterrey, donde dice les regalan las calificaciones para que las universidades sigan siendo reconocidas sin importar la calidad de los conocimientos de sus alumnos, porque lo único importante es que paguen. Déjeme decirle doña Bertha, que no podría estar más de acuerdo con usted. En la BUAP hay gente valiosa, alumnos y alumnas que se la parten día con día para ser buenos profesionistas, así como también hay estudiantes brillantes en las universidades privadas. La crítica fue para el personal sin talento que suele acomodarse en las dependencias de gobierno, en este caso específico, en Museos Puebla, donde reclutan a personas sin talento ni experiencia y los hacen pasar como los grandes expertos en Cultura. Egresados de escuelas patito o de cualquier institución que solo por ser los cuates de los “meros meros”, obtienen una dirección sin cumplir con el perfil especializado que requiere el cargo.
Aclarado el tema. Me despido de esta su vecindad favorita y más chismosa de Puebla. * Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Acuérdense que el que se enoja pierde.
Les dejo mi correo por si en estas fiestas decembrinas quieren chismear más a gusto: [email protected]
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