Un señor que canaliza energía con las manos se instala frente a la Iglesia de la Compañía, ahora en el Paseo Bravo y, en cuestión de días, ya tiene más filas que el IMSS
Vecinas, vecinos!
Ya ni la hacemos. Aquí en esta vecindad llamada Puebla vamos de la psiquiatra fake al curandero cósmico. Ni con Reiki celestial aprendemos, en verdad.
Y es que otra semana, otro episodio de nuestra serie favorita “Puebla y su infinita fe en lo improbable”. Ya tuvimos a Marylin Cote, la psiquiatra sin cédula que recetaba diagnósticos con el mismo rigor que una tía da consejos amorosos en la comida familiar.
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¿Y ahora? Pues prepárense, porque llega el nuevo mesías de la banquita: el “Quita Dolores”, directo desde Rumania con amor… y cartulina.
Sí, Puebla lo hizo de nuevo.
Un señor que canaliza energía con las manos se instala frente a la Iglesia de la Compañía, ahora en el Paseo Bravo y, en cuestión de días, ya tiene más filas que el IMSS y más clientes que el homeópata de confianza de la familia. Su nombre es Mircea Gabriel Mihaila, pero todos lo conocen como el “Quita Dolores”, porque así, directo y sin metáforas, se anuncia con su letrero hecho en una papelería —nivel de branding: PowerPoint 2007.
¿Y cómo descubrimos que el rumano era un elegido del universo?
Pues, agárrense…. Todo comenzó en una fiesta infantil. Alguien se cortó, él puso la mano y zas, cesó el llanto, la sangre y, quién sabe, tal vez hasta el reguetón. Así se da cuenta uno que tiene el don. Otros descubren su vocación leyendo a Freud o haciendo una residencia médica. Mircea lo descubrió entre globos y pastel.
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Desde entonces, el hombre no ha parado. Puebla lo adoptó como a un tlacoyo con nombre francés. Dice que no es magia ni brujería, solo energía, la misma que tú canalizas cuando cobras tu quincena y desaparece misteriosamente en dos días. Y si tienes dudas, este viernes se le vio atendiendo nada menos que a Regina Torné. Porque nada valida una práctica médica alternativa como la fila paciente de una actriz de telenovela. Pero ojo, Mircea no cobra. Solo acepta “aportaciones voluntarias” que casualmente oscilan entre los 50 y 700 pesos. Como quien dice, ustedes deciden cuánto vale su dolor… y la sesión de Reiki improvisado. Tan es así, que en un solo día llegó a tener ¡500 personas! Le tuvo que poner límite a su milagro: ahora solo 40 sesiones por jornada. Porque hasta la energía cósmica necesita descanso y horario de oficina. Y, ¿qué dice la Secretaría de Salud sobre el rumano Quita Dolores?Nada, literalmente. Según ellos, como el señor no tiene consultorio ni diploma colgado en la pared, no es su bronca. Que lo atienda el municipio, si acaso. Así que ahí lo tienen: un hombre sin licencia médica, sin formación reconocida, sin autorización sanitaria… pero con manos mágicas y fila diaria. Y no es que desconfiemos de las energías del universo, pero sería bonito que la misma devoción se le pusiera, por ejemplo, a exigir salud pública digna. O mínimo a preguntarse por qué Puebla, cada tanto, cae rendida ante el siguiente milagro callejero. Porque si algo es constante en esta ciudad, es que la fe siempre le gana a la verificación.
Y lo peor de todo: ¡nos encanta! * Vecinas, vecinos, nos leemos mañana.
Acuérdense que el que se enoja pierde.
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