Arranca Operación Enjambre informativo en todas las delegaciones estatales de Puebla; la batuta la lleva Fansel Pastor Betancourt

Ella será la encargada a partir de ya de capacitar a las delegadas y delegados de las dependencias estatales para que aprendan a compartir y generar interacción de la información oficial con todo su personal y éste a su vez con sus familiares y amigos

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Vecinas, vecinos

 

Oigan, ¿ustedes han escuchado hablar de la Operación Enjambre informativo que se acaba de poner en marcha en el Gobierno del Estado?

 

Les cuento…

 

Resulta que hace unos días, el gobernador de Puebla Alejandro Armenta tuvo una reunión con las y los delegados de todas las dependencias del estado, donde además de ver temas generales, también recibieron su merecido regaño, nada más y nada que menos que porque su chamba en temas de comunicación está dejando mucho qué desear.

 

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Los temas de gobierno importantes no permean como deberían de permear; no hay suficiente interacción en sus publicaciones oficiales ni posicionamiento real entre la gente de a pie, que es hasta donde deberían llegar, y no quedarse en el círculo rojo.

Ahí, a todos los presentes, se les avisó que a partir de ya recibirán capacitación de parte de Fansel Miroslava Pastor Betancourt, sobrina de la fiscal general, Idamis Pastor Betancourt, una joven encargada de la dirección académica del Cecyte Puebla, que en sus redes sociales se vende como politóloga y asesora política.

La orden fue clara, menos bots y más personas de carne y hueso, sobre todo si son funcionarios públicos, para difundir las bondades del gobierno y también para contrastar los ataques, si es que fuera necesario.

 

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Bueno, pues ella será la encargada a partir de ya de capacitar a las delegadas y delegados de las dependencias estatales para que aprendan a compartir y generar interacción de la información oficial con todo su personal y éste a su vez con sus familiares y amigos, para así generar un tipo de enjambre informativo que llegue a más y más personas.

 

Un tipo flor de la abundancia, pues, pero informativo y sin lana de por medio.

*

¡Aleluya!

Después de años de aguantar microbuses oxidados, taxis con más cinta adhesiva que tapicería y combis que suenan como un acordeón descompuesto, alguien se atrevió a decir lo que todos pensábamos: el transporte público en Puebla da vergüenza.

Pero no cualquier persona lo dijo, no.

Lo dijo con todas sus letras la secretaria de Movilidad y Transporte, Silvia Tanús. Y eso ya es decir bastante.

Porque uno puede quejarse, puede lanzar el clásico “¡ni el burro de la feria se mueve tan feo!”, pero que lo diga la encargada del rubro es otro nivel de sinceridad institucional.

Tanús lo dejó clarito: de las 34 mil concesiones de transporte registradas, muchas son fantasmas.

¿Dónde están los dueños?

Nadie sabe.

 

¿Viven?

Quizá no.

 

¿Tienen unidades?

Tal vez en espíritu.

 

Y es que, con la famosa revista vehicular, esa revisión de rigor que parecía leyenda urbana, alguien por fin está revisando que los frenos frenen, que los asientos no se claven y que el escape no mate plantas al paso.

 

¿El resultado?

Hasta ahora, la mitad de las unidades no pasó.

 

¡La mitad!

 

Una proporción tan pareja como trágica.

La otra mitad no cumplió los requisitos, que no son pocos, pero tampoco una misión de la NASA: cámaras de videovigilancia, verificación vehicular, condiciones físico-mecánicas básicas… cosas que uno esperaría de un camión que lleva vidas humanas.

Pero no. Muchas no dan el ancho. Literal.

 

Y entonces vino la bomba: “Vamos a quitar alrededor de 17 mil concesiones”. Así, con tono de quien está limpiando la bodega y dice “esto ya no sirve”.

 

Y uno no puede evitar preguntarse:

¿Pero entonces quién va a mover a la gente?

Ya veremos, dijo Tanús. “Si falta transporte, vemos a quién se las damos”.

 

Y es que, con esa eficiencia burocrática tan entrañable, de aquí a noviembre hay que revisar 34 mil unidades (menos las que ya se despidieron solas). Eso significa revisar cientos al día, todos los días, sin descanso ni torta de tamal. Una proeza que haría sudar al mismísimo Hércules, versión combi.

 

Mientras tanto, hay transportistas del interior del estado que ya levantaron la mano:

No podemos cumplir con la revista, dijeron desde Izúcar de Matamoros.

Y no los culpamos. Muchos ni siquiera sabían que había que presentarse. Otros, ya en el módulo, descubrieron que la “revisión físico-mecánica” no es puro trámite, sino más bien como el SAT del transporte: te agarra mal parado y te congela la concesión.

 

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Aplausos a Tanús por atreverse a decir lo obvio.

Sí, da pena el transporte.

Sí, muchos concesionarios no tienen ni unidad ni vergüenza.

Y sí, ya era hora de hacer algo.

Ahora nomás falta ver si la segunda mitad, la que sí aprobó, nos lleva a donde queremos llegar… y no al taller.

*

 Vecinas, vecinos, nos leemos mañana 

 

 

 

Acuérdense que el que se enoja pierde.

 

 

 

Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: lavecindad@elpopular.org

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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